Fue en el año 2012 cuando en ofrenda a la Virgen del Pino de Teror (Gran Canaria) el Ayuntamiento de El Paso portaba un obsequio especial, cargado de simbología y de hermandad entre dos pueblos oficialmente hermanados ese mismo año y unidos por el nexo común, de profundo arraigo y devoción, de la advocación mariana a Nuestra Señora del Pino.
Se trataba de un pequeño ejemplar de 'Pinus canariensis', nacido de un piñón, del longevo y majestuosos Pino Santo o Pino de la Virgen de El Paso.
La historia comenzó cuando el entusiasta investigador pasense Carlos Valentín Lorenzo Hernández logra, en el año 2010 después de reiterados intentos, que germinara un piñón, fruto del pino, recogido a los pies del conocido Pino de la Virgen o Pino Santo, en El Paso.
Llegó el día del trasplante del pino pasense en tierras definitivas para su desarrollo. Según el cronista oficial de Teror, José Luis Yánez, en redes sociales: “El 26 de mayo de 2014 por la mañana, el alcalde de Teror, Juan de Dios Ramos, y el párroco de la Nuestra Señora del Pino, Manuel Reyes, realizaron la plantación del pino canario de algo más de un metro de altura regalado por el municipio de El Paso (La Palma) en las Fiestas del Pino”, de 2012.
Continúa el cronista describiendo el lugar de la plantación:
“El ejemplar plantado junto al camino del peregrino situado en Finca La Palma, es un descendiente del pino en el que se cuenta que apareció la Virgen del Pino de El Paso, y tal como se comprometió el Ayuntamiento terorense el árbol fue plantado en un lugar destacado por el que la imagen de la Virgen pasaría en su Bajada a Las Palmas de Gran Canaria”. Concluye: “Tras unos años en los que parecía ni crecer ni menguar, con las lluvias del último invierno ha pegado un estirón y se ha constituido en un símbolo vivo de esta devoción presente en las dos islas, en los municipios de El Paso y Teror hermanados desde el 2012”.
El longevo pino de El Paso, que supera los 800 años, ha sido un ejemplar de interés durante siglos. Científicos, naturalistas y viajeros desde el siglo XVIII y especialmente en el XIX se lo encontraban en el Camino Real de la Cumbre, el más transitado de la isla que unía las dos bandas insulares, naciente y poniente. Los testimonios científicos propiciaron el difundir la imagen del Pino Santo por el mundo reproducido en grabados impresos en el extranjero, posiblemente una de las primeras imágenes que evocaban a la isla canaria de La Palma. Uno de los ejemplos es el grabado titulado El Pino Santo de La Palma, grabado francés del año 1839, Lemaitre, que ilustra la obra Iles de L’ Afrique (París, 1848), del archivero y geógrafo francés Armand d’Avezac (1800-1875). Recoge la estampa del culto que recibía la Virgen mientras permaneció, desde muy antiguo, en una oquedad-capilla del pino canario que daba entrada, por el poniente, al camino de la cumbre, el muy antiguo camino Real. Para algunos investigadores esta senda ya estaba en uso en la sociedad aborigen.
Este majestuoso ejemplar de Pinus canariensis ha visto pasar por debajo de su sombra el discurrir histórico de la isla de La Palma. Sufriendo los duros avatares sociales y malas praxis de la mano del hombre. No obstante, reverdece y sigue erguido resistiendo. Continúa siendo un “faro” vegetal con destellos de color verde. Por sus propios méritos el Gobierno de Canarias el 18 de diciembre del año 2014 lo declaró Bien de Interés Cultural, en la categoría de Sitio Histórico.
*María Victoria Hernández es cronista oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (2009)