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Opinión - Salvar el Mediterráneo y a sus gentes. Por Neus Tomàs

Una de indios en Garafía

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En la carretera de Garafía justo enfrente de la entrada de las cuevas de La Zarza en el lugar donde antes había una parada de guaguas y un aparcamiento para los visitantes han colocado una escultura que representa la cabeza de un hombre con rasgos indios. La cabeza está sobre unas piedras con una fuente a los pies y muchas más piedras alrededor esperando ser colocadas en no sé sabe dónde.

No sé si el autor de la obra quiso representar a los aborígenes de la isla remarcando los labios gruesos y los ojos tirando a oriente por aquello de África y la Cordillera del Atlas pero es lo que parece según los rasgos que la figura representa. Pasé por allí el otro día y vi a unos extranjeros fotografiando la escultura. Pensé “Dios, igual creen que éramos así no hace mucho”. Y me entraron escalofríos. Es posible que los turistas que ignoren nuestra historia deduzcan que los habitantes primitivos de la comarca éramos algo parecido. Paré en un bar poco después y pregunté a los que estaban en la barra tomándose un café de quién había sido la idea y me contaron que nadie quería la cabeza en su municipio por lo que la habían ido rechazando en la mayoría de ellos hasta que llegó a Garafía donde nadie había dicho una sola palabra ni protestado contra semejante atropello.

No tengo conocimiento de quién ha sido el escultor que ha llevado a cabo esa obra. Tampoco pretendo enjuiciarlo como artista ni pongo en entredicho sus méritos en bellas artes; solo pongo en duda la eficacia de semejante representación en tal sitio porque puede llevar a confusiones semejantes a las que aquellos turistas parecían tener porque, la verdad, es que la figura se parecía más a las que existen en la isla de Pascua que a uno de nuestros queridos antepasados.

¿Presupuesto? Miles de euros para el autor; miles para colocarla y mantenerla, y miles para curarme el dolor del alma cuando soy testigo de la manía que les ha entrado a los gobernantes de instalar estatuas y otros “monumentos” en plazas, miradores y carreteras aprovechándose el artista de turno para colarnos sus obras.

En la carretera de Garafía justo enfrente de la entrada de las cuevas de La Zarza en el lugar donde antes había una parada de guaguas y un aparcamiento para los visitantes han colocado una escultura que representa la cabeza de un hombre con rasgos indios. La cabeza está sobre unas piedras con una fuente a los pies y muchas más piedras alrededor esperando ser colocadas en no sé sabe dónde.

No sé si el autor de la obra quiso representar a los aborígenes de la isla remarcando los labios gruesos y los ojos tirando a oriente por aquello de África y la Cordillera del Atlas pero es lo que parece según los rasgos que la figura representa. Pasé por allí el otro día y vi a unos extranjeros fotografiando la escultura. Pensé “Dios, igual creen que éramos así no hace mucho”. Y me entraron escalofríos. Es posible que los turistas que ignoren nuestra historia deduzcan que los habitantes primitivos de la comarca éramos algo parecido. Paré en un bar poco después y pregunté a los que estaban en la barra tomándose un café de quién había sido la idea y me contaron que nadie quería la cabeza en su municipio por lo que la habían ido rechazando en la mayoría de ellos hasta que llegó a Garafía donde nadie había dicho una sola palabra ni protestado contra semejante atropello.