Espacio de opinión de La Palma Ahora
Invéntate tu vida
Lo que aún no te de la vida te lo darán tus sueños. Esto mismo que te estoy escribiendo, lo escribí mientras soñaba. La vida y los sueños se entrelazan hasta que un día no distinguirás lo que es tu vida y lo que son tus sueños, porque habrás hecho que tu vida sea una réplica de tus sueños, y que tus sueños se conviertan en tu vida.
El viernes de la semana pasada, una semana totalmente mágica para mí, a altas horas de la noche, cuando no sé cuantas botellas llevábamos ya bebidas de Juan Rojo, mi vino de Toro, Zamora, y otras tantas de Cava Integral Brut Nature de Llopart, alguien que estaba conmigo me comentó que si yo creía en la otra realidad. Yo le contesté que la otra realidad en la que yo creía tenía infinitas realidades, y que todas ellas estaban en aquel mismo instante y en cualquier otro.
Esto ocurrió durante la mágica tarde noche del viernes en la cata y posterior maridaje de quesos y vinos con Marichu Fresno, y en la que Carlos Catana y Margarita Galván nos interpretaron creaciones suyas de su último trabajo Los versos que se esconden detrás de las miradas, grabado en Guamasa Estudios Tenerife, e inspirado en textos de poetas palmeros: Domingo Acosta Guión, Severiano Martín Cruz, Félix Francisco Casanova, Juvenal Machín, y un poema de Carlos Catana que él mismo convirtió en canción para dedicárselo al gran poeta Leocadio Ortega, barloventero como el viento.
No sé cómo ordenar mis palabras o pensamientos para explicar lo que dije hace un momento sobre la vida y los sueños, el que cada instante contiene todos los demás, y el que todo el llamado pasado y futuro, bien sea del mundo visible o del invisible, están en el ahora mismo del instante. Como no me estoy examinando, y no tengo ninguna urgencia en ponerle orden - ¿qué es el orden?- a esos pensamientos -es probable que hasta no los ordene en este fajo de papeles- me voy a trasladar a la tarde también mágica del día anterior, la del jueves, que quizás ella sola lo haga por mí.
Unos apenados, y al mismo tiempo alegres amigos míos, quisieron despedir a su padre y tío recientemente enterrado, el día anterior, y lo hicieron con la misma alegría que llevaron en el duelo, que era la alegría que el difunto quería que le expresasen cuando se estuviesen despidiendo de su cuerpo ya sin vida. Mis amigos, sus familiares, se tomaron la voluntad de Jaime Rodríguez, El Compa, como cariñosamente lo siguen llamando, al pie de la letra, aunque ese día sustituyeron el prescrito whisky Buchanan, por Cava Integral Brut Nature de Llopart.
El cariño con el que hablaban de El Compa, las muchas anécdotas de su vida aventurosa, me hizo preguntar con cierto desconsuelo, pues no lo conocí personalmente, -y eso fue lo que me creó aquella pena-, por si tenían alguna foto a mano para saber cómo era físicamente. No, no solo no lo conocía, sino que no lo había visto en mi vida, cosa que a veces ocurre hasta en los sitios pequeños.
Paco, uno de sus sobrinos, después de haberme enseñado la cara de su tío en el móvil, se ausentó de Las Cosas Buenas de Miguel, fue al coche y me trajo un CD casero pero de muchísima calidad, grabado por un hijo de su tío en la casa familiar, en donde El Compa canta veinte canciones con dos amigos guitarristas.
Al día siguiente Paco vino a despedirse, regresaba el sábado con su familia para Venezuela; yo estaba con los preparativos de la cata y degustación de quesos de ese día por la tarde noche. Cuando Paco escuchó que el CD de su tío seguía sonando se le puso un nudo en la garganta. Lo invité a una copa de Integral, mientras se la servía fue al coche a traerme otro CD, este de once canciones, con su amigo que toca la guitarra y canta también en el anterior, Juan Rengel.
El grupo musical de Jaime Rodríguez, El Compa, tiene el nombre de Guitarras Cumanesas. Las treinta y una canciones que llevo repetidamente escuchando desde el jueves pasado son canciones variadas del folclore sudamericano, canario, y algunas actuales, estas las que menos, que pese a que los CD no tienen fines comerciales, casi alcanzan la misma calidad que estos. Si me hubiesen puesto una venda en la memoria antes de escuchar los dos CD por primera vez, hubiese dicho que se podía tratar de cualquier grupo profesional de esta tierra o de Sudamérica. Pero El Compa decidió ser a medias un juglar, no un profesional de la música, y un emprendedor, como se llama ahora, aunque yo lo seguiría llamando, como se ha dicho siempre, un luchador con éxito, de mirada y voz profunda y noble, de los que nunca vendió su alma al diablo. Su alma que estuvo siempre al servicio de su familia y amigos que tanto lo siguen queriendo.
Le comenté a Paco, cuando nos estábamos despidiendo, de mi costumbre, cuando muere algún músico por el que siento atracción, de poner sus CD todo el día durante tres días, -ahora mismo hace cinco días que llevo escuchando sus canciones-, y le hice el comentario de que aunque no había conocido a su tío personalmente, por medio de sus canciones me estaba haciendo amigo de él.
Una vez le pedí a un amigo que me pasase a un mural de cerámica en grandes dimensiones un pequeño dibujo, una plumilla de Los Viejos Cancajos, dibujada por mi amigo difunto Ángel Fernández Santos. Mi amigo, al que le pedí el encargo, Miguel Marzán, cuando vino a entregarme el trabajo y colocarlo en el patio de Las Cosas Buenas de Miguel, me dijo casi al oído, que después de haber estado reproduciendo sobre los azulejos durante tanto tiempo el dibujo de Ángel, que se atrevía a decirme que estaba seguro de que conocía a Ángel mejor que yo, y no lo conocía de nada, e incluso me llegó a decir que muchas veces, mientras seguía los trazos del dibujo, sentía como si Ángel le condujese la mano.
¿Te puedes ir haciendo amigo de una persona que muere sin haberla conocido en esta dimensión? Como os dije al principio, para mí la realidad es multidimensional, y en ella se pueden dar todas las realidades. El Universo es mental, todo lo que la mente piense se convierte en realidad, de la misma manera que todo lo que pienses o sueñes se materializa. Por eso intenta ser tú el creador de tu vida, su arquitecto, no dejes a otros que lo hagan por ti, con sus viejas reglas trasnochadas, inservibles y al servicio de un sistema cada vez más caduco y sin alma. Invéntate tu vida, sed el creador de ella. ¿Cómo? Primero: pídeselo al Universo con todas tus fuerzas; segundo: ten confianza en el Universo, y tercero: empieza ya a recibir tu deseo.
Todas las personas que acabo de nombrar, y muchas que no, pero que están implícitas en este artículo, se inventaron sus vidas a contracorriente y lo consiguieron. Fueron sus propios magos, su propios genios, sus propios arquitectos. Por eso, la vida, que es el máximo valor dentro del Universo, les guarda todo el respeto debido.
Lo que aún no te de la vida te lo darán tus sueños. Esto mismo que te estoy escribiendo, lo escribí mientras soñaba. La vida y los sueños se entrelazan hasta que un día no distinguirás lo que es tu vida y lo que son tus sueños, porque habrás hecho que tu vida sea una réplica de tus sueños, y que tus sueños se conviertan en tu vida.
El viernes de la semana pasada, una semana totalmente mágica para mí, a altas horas de la noche, cuando no sé cuantas botellas llevábamos ya bebidas de Juan Rojo, mi vino de Toro, Zamora, y otras tantas de Cava Integral Brut Nature de Llopart, alguien que estaba conmigo me comentó que si yo creía en la otra realidad. Yo le contesté que la otra realidad en la que yo creía tenía infinitas realidades, y que todas ellas estaban en aquel mismo instante y en cualquier otro.