Ramón y Vina: toda una vida dedicada a la artesanía, la cultura y la cerámica benahoarita (II)

28 de julio de 2022 20:32 h

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La dedicación plena, la experiencia acumulada durante tantos años y el perfeccionismo riguroso les permitieron crear auténticas obras de arte. Durante las excavaciones arqueológicas aparecen unas piedras negras y brillantes, pulidas por el uso, que se corresponden con alisadores utilizados para darle uniformidad a la capa interna y externa de los cuencos, exactamente iguales a los que Ramón y Vina han usado durante tanto tiempo. En este mismo sentido, queremos recalcar que, gracias a la pericia y experiencia de Ramón y Vina, sabemos cómo los benahoaritas consiguieron un tipo de decoración, denominado peine basculante, utilizando una pieza de madera, de invención propia, que reproduce, exactamente, el mismo motivo que el creado por los antiguos palmeros. Si no hubiese sido por su labor, seguramente, la arqueología aún se estaría preguntando cómo se realizaron esas improntas exclusivas de la denominada Fase Cerámica IVa. Su paciencia infinita y su meticulosidad hacen que, todavía hoy, tras 15 años de apertura del MAB y la colaboración de especialistas en restauración, cada vez que alguien dona numerosos fragmentos de una misma vasija que se debe reconstruir, seguimos acudiendo, sin dudarlo un instante, a la sapiencia y experiencia de Ramón, Vina y Miriam porque sabemos, sin importar el tiempo que le dediquen, que no cejarán en el empeño de devolverle su forma primitiva.

El Taller de Cerámica El Molino, durante muchísimo tiempo, desde su creación hasta la donación de sus materiales, en 2007, para la inauguración del Museo Arqueológico Benahoarita, constituyó un auténtico museo de cerámica aborigen. En ningún otro lugar estarían mejor custodiadas y apreciadas. Para los turistas que visitaban este centro alfarero era un auténtico lujo poder admirar las piezas originales y, sobre todo, ver in situ cómo se trabajaban y conseguían reproducciones exactas de las aborígenes, pudiendo valorar, realmente, la perfección de sus creaciones, así como la enorme cantidad de tiempo que era necesario para conseguir darle su forma definitiva.

Tanto esfuerzo y tanto trabajo han posibilitado que Ramón y Vina atesoren un archivo personal con datos meticulosos (dimensiones, moldes, dibujos, fotografías, etc) de innumerables vasijas que, en muchos casos, aún siguen en manos de coleccionistas privados. Toda esta documentación, única y frágil, es una auténtica joya que debiera pasar a formar parte del Patrimonio Cultural de La Palma y de Canarias. Esta importantísima información, que permite la reconstrucción exacta de las piezas originales, posee un valor extraordinario que debe ser estudiado y preservado para uso y disfrute de las generaciones futuras. Absolutamente toda su colección de cerámicas, complementada con otro tipo de materiales que custodiaba Miriam Cabrera, han tenido un papel esencial en la sala de exposición permanente del MAB desde el mismo momento de su apertura en 2007.

Durante los últimos 37 años hemos tenido el privilegio y el placer de disfrutar de la amistad, el cariño, los conocimientos y la sabiduría de Ramón, Vina y Miriam. La experiencia ha sido extraordinariamente positiva y aleccionadora con momentos inolvidables como una exposición, un ciclo de conferencias y la publicación de un folleto sobre la cerámica benahoarita, que tuvo lugar en la sede de Cajacanarias (Santa Cruz de La Palma) para conmemorar el 25 aniversario de la creación del Taller de Cerámica El Molino.

Así mismo, hemos dedicado muchas horas, codo con codo, realizando el inventario de su colección de piezas y restos arqueológicos, preparando y discutiendo los textos y el diseño de los paneles explicativos de la exposición, que siguen formando parte del propio taller artesanal, se nos ha facilitado el acceso, sin ningún tipo de cortapisas, a sus archivos y biblioteca, tanto documental como fotográfico, que tienen un valor extraordinario para el conocimiento de la historia de la investigación arqueológica en La Palma y el conocimiento de yacimientos que, en algunos casos, han desaparecido para siempre y que solo conocemos merced a esos datos o a los materiales que consiguieron rescatarse en el último momento.

Pero, como todo en esta vida, Vina y Ramón se han hecho mayores y necesitan un más que merecido descanso. Su trayectoria vital quedará indisolublemente ligada a su taller de cerámica. Sus reproducciones de vasijas benahoaritas han contribuido, mucho más que los artículos y trabajos científicos, a dar a conocer una de las “joyas” de la arqueología de La Palma, cual es la cerámica benahoarita, la cual solo con ver los sistemas decorativos empleados podemos hacernos una idea clara y fiable de la época en que fueron realizadas y esto, hasta el presente, solo ocurre en La Palma. Sus reproducciones están distribuidas por todo el mundo permitiendo que muchas personas conozcan uno de los principales objetos de uso cotidiano que crearon los antiguos palmeros. De todo ello ha surgido un arte y unos conocimientos que no se deben perder. De todos nosotros dependerá que su extraordinaria labor tenga continuidad. Su trayectoria profesional está bien avalada por su participación en infinidad de ferias de artesanía y turismo, así como numerosos reconocimientos y premios.

Por tanto, no nos queda más que agradecer a Ramón y Vina por invitarme a este reconocimiento que, reiteramos, es totalmente merecido por toda una vida de dedicación a dar a conocer un aspecto fundamental de la Cultura Benahoarita. No queremos terminar sin agradecerles que, desde siempre, me hayan considerado como un miembro de la familia, al menos así nos hemos considerado, y es que su casa siempre ha estado a nuestra disposición a cualquier hora del día y en cualquier día del año. Siempre que hemos tenido tiempo, al pasar por Monte Pueblo, era inexcusable la visita porque, aparte de ser muy bien acogidos, esas tertulias con Ramón, Vina y Miriam, junto a un pozuelo de café, eran un auténtico placer y, sobre todo, un torrente de experiencias y conocimientos.

Pero también queremos hacer un ruego a las autoridades locales, insulares y regionales puesto que consideramos que su trabajo no puede quedar aquí, ya que forma parte del Patrimonio Cultural de Canarias, sino que se debe aprovechar su sapiencia y experiencia para que su labor continúe durante mucho tiempo y perdure entre las generaciones futuras.

* Felipe Jorge Pais Pais es doctor en Arqueología