Hay que reaccionar

La formación política Equo-La Palma reflexiona sobre los tiempos aciagos que estamos viviendo y exhorta a la ciudadanía para que reaccione.

Muchos de los que lucharon contra la dictadura de Franco nunca pudieron imaginar que la democracia que se instauró en España después de su muerte, en el año 1975, y que tanta ilusión despertó, se viera después amenazada y prostituida por una oligarquía financiera amparada y apoyada por un turnismo bipartidista, que impide un verdadero pluralismo democrático, y por los nacionalismos insaciables, que están dando lugar a que aumenten las desigualdades sociales, el malestar de los ciudadanos y una sensación de desencanto y de frustración que afecta ya a más de 6 millones de parados, a pensionistas que ven peligrar su situación y a miles de jóvenes cualificados que han tenido que emigrar, porque la voracidad del poder financiero y económico, avalada por los políticos de turno, lo ha permitido.

En Equo-La Palma pensamos que hay motivos de sobra para que nos unamos en una sola voz y nos rebelemos ante la corrupción que afecta a los partidos políticos, que mienten y que incumplen sus promesas electorales, e incluso parece afectar a casi todas las demás instituciones del Estado. No podemos consentir tampoco que existan profesionales de la política que sólo buscan su bienestar personal y el de su entorno familiar. Ante esta situación no podemos seguir viviendo mediatizados por el miedo, por las actitudes pasivas. No podemos consentir que sea otra vez cierto el viejo lema franquista de “ver, oír y callar”.

Hay mucha gente que lucha por causas nobles y dignas, por salvar el Planeta, por una democracia real, por defender los derechos de la mujer y otros, como los derechos de los animales, etc., que se enfrenta al poder, porque no les importa, porque ya lo hicieron una vez, y ahora, lamentablemente, tienen que hacerlo de nuevo, porque se sienten traicionados. A esta tarea están llamados especialmente los jóvenes, porque sus padres o abuelos lucharon contra la dictadura de Franco, y ahora ellos están moralmente llamados a luchar contra la dictadura de los mercados, que ejercen el terrorismo financiero para ahogar a la mayoría de la población, desde el punto de vista económico, mientras muchos altos ejecutivos de grandes empresas, de bancos, asesores y políticos de todos los colores prostituyen la democracia ficticia que tenemos.

Resulta indignante que determinados medios de comunicación, con apoyos políticos y empresariales, traten de manipular, de mentir y de amedrentar sin la ética más elemental, y el mejor caldo de cultivo lo encuentran en el pueblo ignorante y pasivo, que es justamente lo que quieren nuestros gobernantes con los recortes en educación, y con la salida masiva del país de jóvenes universitarios y de científicos.

No podemos consentir que la economía siga deteriorándose, que se destruya más empleo, que abunden los políticos mediocres, a los que sólo les interesa la poltrona y el dinero, ni la torpeza de la Administración en la que predomina el enchufismo y la burocracia más inútil, ni la pérdida de derechos laborales, ni la destrucción del medio ambiente y la calidad de vida. No podemos consentir ni tolerar esta situación.

La formación ecosocial está convencida de que si queremos vivir en un mundo más justo y más libre, el futuro pasa por resucitar la cultura y la educación, para compartir conocimientos y poder luchar por la dignidad de las personas y la igualdad. No olvidemos que gran parte del poder económico y político quiere un pueblo inculto, individualista, no solidario, anestesiado, porque así se le puede manipular y engañar mejor. Ante esta situación que nos ha tocado vivir, estamos llamados a despertar y a protestar. Tenemos que reaccionar, porque para un ser humano preservar su dignidad es imprescindible. Y no hay nada más digno que luchar por lo que es justo.

La formación política Equo-La Palma reflexiona sobre los tiempos aciagos que estamos viviendo y exhorta a la ciudadanía para que reaccione.

Muchos de los que lucharon contra la dictadura de Franco nunca pudieron imaginar que la democracia que se instauró en España después de su muerte, en el año 1975, y que tanta ilusión despertó, se viera después amenazada y prostituida por una oligarquía financiera amparada y apoyada por un turnismo bipartidista, que impide un verdadero pluralismo democrático, y por los nacionalismos insaciables, que están dando lugar a que aumenten las desigualdades sociales, el malestar de los ciudadanos y una sensación de desencanto y de frustración que afecta ya a más de 6 millones de parados, a pensionistas que ven peligrar su situación y a miles de jóvenes cualificados que han tenido que emigrar, porque la voracidad del poder financiero y económico, avalada por los políticos de turno, lo ha permitido.