Hasta hace muy poco tiempo, Míster Covid, la relación de nosotros aquí en La Palma con usted no era precisamente cordial, pero si de un cierto respetito. Después de un comienzo dramático, nuestras relaciones se han mantenido en términos más o menos tolerables, pero de un par de semanas para acá usted Míster Covid se está pasando con esta isla tan sana, tan bien ventilada, tan bien oxigenada de la costa a la cumbre, pues usted ha roto de forma unilateral, en plan procés, los límites de una relación mínimamente aceptable. Usted nos engañó de tal manera que después de haber estado a cero nos ha llevado a una situación en la que “con los niveles de contagio que hay en la Palma el virus puede estar en cualquier lugar”, según las muy autorizadas palabras de doña Mercedes Coello. Y yo que ya tengo una edad, Míster Covid, vivo sin vivir en mí pues me siento tan frágil como ese vaquero de western que entra al salón sabiendo que le pueden disparar en cualquier momento, así estoy de acongojado, y no es broma.