No eras de esas personas que se hicieran notar porque no te gustaba estar en primera fila, pero de una manera u otra hacías que todo el mundo te viera, así te conocí ya hace 23 años, mis palabras tiemblan en mi boca cuando te nombro ahora de pena, pero también de orgullo por haber compartido mi vida a tu lado. No sabía cómo darte el homenaje que te mereces por ser como eres, mis creencias son escasas, tú y yo lo sabemos, hablábamos mucho de la muerte y qué pasaría si llegaba, ha llegado y ahora quiero que tú me digas qué hay detrás de toda esta vida porque es el único consuelo que me queda de saber que todavía estás ahí. Escribo estas palabras para gritar y sacar mi rabia contenida y que este dolor se convierta en un dulce sueño a tu lado, que la gente sepa de ti y vean la gran mujer que eres y serás siempre. El amor sí existe, tú me lo has demostrado, será en lo único que creo, no querías verme así, por eso quiero decirte desde este momento que soy feliz de haberte tenido a mi lado, espérame porque pronto estaré a tu lado viendo llover desde el balcón como a ti te gustaba mientras sin esperarlo mis labios se acercaban a ti y te decía: “Quiero envejecer a tu lado”. Tengo tanto que decirte, ahora la lluvia suena de otra manera.