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La sangre palmera en José Martí
Los archipiélagos de Cuba y Canarias en ese constante intercambio de emigración puede verse como una misma erupción de islas y cayos separados por el brazo azul del Atlántico.
Tomando de la investigación realizada por la historiadora y martiana Elsa Vega Jiménez, máster en Educación y catedrática universitaria, radicada en San Bartolomé de Tirajana, Gran Canaria, podemos saber que por las venas de José Martí también corrió la sangre palmera.
José Julián Martí Pérez (La Habana, 28 de enero de 1853-Dos Ríos, 19 de mayo de 1895) fue político, pensador, escritor, periodista, filósofo, poeta, dramaturgo, novelista, diplomático, creador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra de Independencia de Cuba, o Guerra del 95. Cursa estudios en las universidades de Madrid y Zaragoza, donde se gradúa de Licenciado en Derecho Civil y en Filosofía y Letras. Su bibliografía la componen veintiocho tomos, a pesar de morir en combate, con cuarenta y dos años, después de conocer la prisión y el exilio.
Martí no sólo fue el precursor del movimiento Modernista en poesía, sino también un modernista pleno en prosa y verso en sus planteamientos y dar a conocer los valores hispanoamericanos, siendo su novela Amistad funesta (Lucía Jerez), la primera obra de la narrativa modernista en el mundo.
Pocas personas en la historia de la humanidad que hayan vivido cuarenta y dos años han suscitado tantas páginas escritas como el cubano José Martí Pérez. En todo el orbe se le estudia con interés, su vida y su obra son manantial inagotable de sorpresas para investigadores y biógrafos.
Siempre aparecen datos que enriquecen su ya abultada hoja de vida. Así sucede con sus primeros doce años de existencia. Esos están prácticamente inexplorados y mucho menos divulgados, sin embargo, en ellos se encuentran las claves para comprender un gran número de sus acciones futuras.
Otro tema en el que todavía pueden incursionar los que deseen ahondar en el conocimiento del cubano-canario-valenciano es en el de su ascendencia canaria. Solemos leer que es hijo de la tinerfeña Leonor Pérez Cabrera. Y esa es una verdad.
Algunos historiadores no se han conformado con esa afirmación, por ejemplo el historiador de Santa Brígida, en Gran Canaria y otros, gracias a cuyas búsquedas se conoce la genealogía de doña Leonor Pérez Cabrera, madre de Martí, más allá del registro de su nacimiento en Tenerife.
Según folio 112 del libro 4 de la Iglesia Parroquial de Santa Brígida el 15 de abril de 1782 contraen matrimonio Salvador Pérez Navarro y Leonor Monzón, a la sazón vecinos de la Bodeguilla, en la Vega de San Mateo (Gran Canaria).
De esta unión nace, en 1790 o 1791, en este lugar, Antonio Pérez Monzón, abuelo materno de José Martí.
Diego Cabrera era natural de la ciudad de La Palma o sea Santa Cruz de La Palma, y toda su ascendencia era de esta isla, habiendo vivido en La Breña de La Palma.
Diego Cabrera fija residencia en Santa Cruz de Tenerife y ocho años más tarde, según consta en el libro 8, folio 6V de la parroquia de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife, el 19 de diciembre de 1784 se casa en segundas nupcias con Mariana Hernández Carrillo.
De la unión entre Diego Cabrera (palmero) y Mariana Hernández Carrillo y según consta en el libro 11, folio 384 de bautizos de la Parroquia de la Concepción, nace en Santa Cruz de Tenerife Rita María Liberata Cabrera, abuela materna de José Martí.
Como puede observarse, la ascendencia canaria de Martí va más allá de tener una madre nacida en Tenerife, como dato en cualquier biografía sobre el Apóstol de Cuba.
En Gran Canaria tiene raíces por vía de su abuelo materno y esas se extienden hasta La Palma por ser de allí su bisabuelo materno y todos sus antecesores.
Sería hermoso que estas tres islas aunaran esfuerzos para divulgar el orgullo por haber dado al mundo un hombre de la talla de José Martí.
Los archipiélagos de Cuba y Canarias en ese constante intercambio de emigración puede verse como una misma erupción de islas y cayos separados por el brazo azul del Atlántico.
Tomando de la investigación realizada por la historiadora y martiana Elsa Vega Jiménez, máster en Educación y catedrática universitaria, radicada en San Bartolomé de Tirajana, Gran Canaria, podemos saber que por las venas de José Martí también corrió la sangre palmera.