Espacio de opinión de La Palma Ahora
Otra vez, Tajadre...
En unas fechas que están marcadas por la piel desnuda de la realidad, este sábado Tajadre se lanzará a la calle con sus villancicos: “Resuenan voces puras que cantan en tropel? ¡Hosanna en las alturas al Justo de Israel”. Y la calle y la plaza hablarán por sí solas, con letras de canciones que son bocanadas de palabras menudas y de verdades silenciosas que, por Navidad, cobran un especial sentido. Y se nos ensancha el corazón porque Tajadre, como la Navidad, forman parte de nuestra pequeña vida cargada de imágenes y recuerdos. Esos recuerdos cotidianos y humildes a los que todos nos agarramos.
La Plaza de España forma parte de esos recuerdos? Es el espacio doméstico de nuestros convecinos, el corazón abierto de la ciudad. Y, en ella, los componentes de la agrupación Tajadre, se han sentido arropados, cada año, por un público entregado, venido de casi todos los municipios de la Isla que, en el encuentro, nos ha hecho recordar los sencillos versos de Amado Nervo: “Pastores y pastoras, abierto está el edén. ¿No oís voces sonoras? Jesús nace en Belén”. Y hemos comprobado en ediciones anteriores, que los concurrentes se sienten cómodos en ese paisaje familiar, presidido por “el Padre Díaz”, saben a lo que vienen e intuyen que se llevarán, como todos los años la alegría de los villancicos, que son el júbilo de la Navidad. Un gozo que debe repetirse en una ciudad guardadora de viejos valores, y celosa en la custodia de antiguas tradiciones.
Una vez finalizado el espectáculo navideño de 2012, alguien me dijo con un tonillo de sana envidia: “Si los aplausos se convirtieran en notas musicales, el recital de Tajadre hubiese sido una auténtica sinfonía”. Pero ese resultado sólo puede llegar desde el sacrificio personal de cada uno de los componentes del grupo y de sus artistas invitados: Chago Melián, Héctor González, José Manuel Ramos y los hermanos José Eduardo y Juan Martín Castillo. Todos aúnan voluntades e ilusiones en un afán de superación, de compromiso y de trabajo, premisas que garantizan el éxito de sus actuaciones.
Este año, sabemos que la agrupación que tutela Mario Sosa, bajo la dirección musical de Juan Francisco Medina, ha invitado al coro infantil-juvenil del Aula de Música de la Ciudad de El Paso para que participe en este “Décimo Recital de Navidad”. Niños y jóvenes que tienen una especial sensibilidad para la música y que, más allá de las expectativas creadas, harán que cale en nosotros el más profundo espíritu navideño.
Tajadre es un grupo emblemático, un distintivo en la vida cultural de nuestra ciudad. Algunos dirán que mi opinión es subjetiva, porque, en ocasiones, he formado parte de sus espectáculos y me he identificado con su trabajo, pero mi aportación ha sido minúscula, una modesta contribución, si se la compara con la total dimensión de su quehacer artístico. Una historia irreversible, de más de cuarenta años, que habla de hechos palpables y de éxitos que no han pasado desapercibidos en el marco de esa actividad cultural, de la que nuestra Isla presume.
Estar en la Plaza de España este sábado 14 de diciembre, a partir de las 20.00 horas, es demostrar apego a nuestras tradiciones, porque los villancicos son canciones de Navidad que, bajo la denominación de “lo Divino”, han echado raíces en nuestra tierra. Son, por tanto, algo consustancial del pueblo palmero, un referente del pasado que debe perdurar en el tiempo.
En unas fechas que están marcadas por la piel desnuda de la realidad, este sábado Tajadre se lanzará a la calle con sus villancicos: “Resuenan voces puras que cantan en tropel? ¡Hosanna en las alturas al Justo de Israel”. Y la calle y la plaza hablarán por sí solas, con letras de canciones que son bocanadas de palabras menudas y de verdades silenciosas que, por Navidad, cobran un especial sentido. Y se nos ensancha el corazón porque Tajadre, como la Navidad, forman parte de nuestra pequeña vida cargada de imágenes y recuerdos. Esos recuerdos cotidianos y humildes a los que todos nos agarramos.
La Plaza de España forma parte de esos recuerdos? Es el espacio doméstico de nuestros convecinos, el corazón abierto de la ciudad. Y, en ella, los componentes de la agrupación Tajadre, se han sentido arropados, cada año, por un público entregado, venido de casi todos los municipios de la Isla que, en el encuentro, nos ha hecho recordar los sencillos versos de Amado Nervo: “Pastores y pastoras, abierto está el edén. ¿No oís voces sonoras? Jesús nace en Belén”. Y hemos comprobado en ediciones anteriores, que los concurrentes se sienten cómodos en ese paisaje familiar, presidido por “el Padre Díaz”, saben a lo que vienen e intuyen que se llevarán, como todos los años la alegría de los villancicos, que son el júbilo de la Navidad. Un gozo que debe repetirse en una ciudad guardadora de viejos valores, y celosa en la custodia de antiguas tradiciones.