¿Qué hacemos con nuestra basura?
Me gustaría hacer una o varias reflexiones acerca del sistema de tratamiento de los residuos en la Isla de La Palma y del porqué necesitamos ampliar la celda de vertido del Complejo Ambiental de Los Morenos (CAM).
El pasado viernes, el último Pleno del Cabildo Insular antes de las vacaciones, no fue un día alegre para mí. Llevamos a tratar en su orden del día, la ampliación de la celda de vertido del CAM.
Me hubiese gustado que nuestra isla no hubiese llegado a esa necesidad, sencillamente porque hubiésemos conseguido los objetivos marcados por la Directiva Europea 2018/851 de Residuos, que fijaba como objetivo para el 2020 la reducción de, al menos, el 50% de los residuos insulares y municipales, y consiguientemente destinarlos a la reutilización y al reciclado.
Nuestra realidad es otra: actualmente, en La Palma se recogen mediante contenedores a pie de calle 31.677 toneladas de residuos municipales, de los que 27.410 Tn, el 86,5%, corresponden a la Fracción Resto, o basura mezclada en la bolsa gris, mientras que la Recogida Separada apenas alcanza las 4.267 Tn, es decir, un 13,5%. Esto se traduce en un desperdicio total de los residuos, que deberían ser aprovechados como recursos.
A nivel nacional se está debatiendo en el Congreso de los Diputados una nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados, para intentar su aprobación a finales de año, en donde van a dar prioridad a la prevención de los residuos, es decir su reducción, como primer paso antes de la recogida, transporte y tratamiento posterior. Esta norma marcará las directrices para un nuevo modelo de gestión de los residuos. También se aborda en ella, el despilfarro de alimentos, para rebajar al 50% los desechos alimentarios, con la visión de modificar nuestro modelo de producción y consumo.
Asimismo, a nivel regional, están pendientes de aprobar la Ley de Economía Circular, así como el Plan Integral de Residuos de Canarias (PIRCAN) y la revisión de los Planes Directores Insulares de Residuos (PDIR) de cada isla.
En nuestra Isla, desde el Cabildo y trabajando codo a codo con los ayuntamientos, estamos implantando un proyecto para la gestión integral la fracción orgánica de los residuos municipales, La Palma Orgánica, programa de aprovechamiento de los desechos de materia orgánica de forma descentralizada y tratada la mayor parte en donde se produce, mediante compostaje doméstico o comunitario y evitando el transporte a otras plantas de tratamiento o al CAM. Con este sistema seríamos capaces de separar la materia orgánica que depositamos en la bolsa gris y disminuir casi el 40% de dicha bolsa, así como separar las demás fracciones que podemos reciclar y reutilizar en los contenedores de recogida separada (azul, amarillo y verde). Porque está demostrado por muchos y diferentes estudios técnicos y ejemplos reales en otras partes de la Geografía Española (Galicia, País Vasco, Cataluña) que, al separar la materia orgánica, se mejora considerablemente la separación de las demás fracciones de residuos, además de generar compost, una enmienda orgánica de calidad y producida localmente, para mejorar la calidad y fertilidad de nuestros suelos y cultivos.
Si continuamos con dicho Programa, en 2022 deberá estar implantada la recogida separada de materia orgánica (biorresiduos) en los municipios con más de 5.000 habitantes y, a partir de 2025, tener el sistema implantado en el conjunto de la isla, bien mediante recogida separada bien mediante compostaje descentralizado (doméstico y comunitario).
Hasta aquí, lo planificado y la esperanza.
Sin embargo, la cruda realidad, el día a día, como la propia Pandemia que estamos intentando sobrepasar, ha hecho que tengamos que afrontar y resolver el grave problema presente, del tratamiento y vertido, pues el Complejo Ambiental de Los Morenos, concretamente la celda de vertido, está en su fase final de su capacidad, siendo esta la única y obligatoria razón que ha llevado al Grupo de Gobierno del Cabildo a tener que adoptar una decisión, que soy la primera en condenar, porque repito, estoy en la Política Palmera, casi exclusivamente ocupada de intentar reducir en lo posible los vertidos en dicho Complejo.
Y es que ahora el vertido es muy barato. Para los ayuntamientos, para las empresas, para todos, verter es lo más barato. Y la opción más barata es casi siempre la que se elige. En cambio, reciclar, establecer medidas para aumentar la reutilización, la reparación, el reciclaje, etc. Todo eso es mucho más complicado y ahora mismo más costoso. Así que debería ser más costoso el vertido. Hay que gravarlo, pero no para ganar dinero, no en sentido recaudatorio, sino para poner una dificultad que obligue a pensar en otras alternativas.
Sin hipocresía invito a todos los palmeros y palmeras, a hacer un examen de conciencia, porque este problema o asunto, no es competencia exclusiva de los gestores públicos, sino de cada uno de nosotros como ciudadanos y habitantes de la Isla.
¿Cuántos de nosotros sabemos de la gravedad de nuestra conducta al poner todos nuestros residuos en una bolsa y depositarlos en un solo contenedor, el gris? ¿Cuántos separamos de verdad en nuestras casas? ¿Cuántos los depositamos en los contenedores en las horas indicadas por los Ayuntamientos? ¿Cuántos dejamos restos por fuera de los contenedores? ¿Cuántos reducimos los materiales que no se pueden reutilizar o reciclar a la hora de ir a comprar?
Es verdad que es necesario actualizar las normativas, aplicarlas y sancionar sus incumplimientos, pero también nos falta, o nos sobra, conciencia medioambiental y humana. En este apartado incluyo a los políticos, a los gestores, pero también a nosotros como ciudadanos.
La Palma Orgánica, no es la panacea, no es un milagro. Depende de una buena gestión dirigida a: primero, la prevención; segundo, a la preparación para la reutilización; tercero, al reciclado; cuarto, a otro tipo de valorización (incluida la valorización energética) y, como última opción, quinta, a la eliminación.
Y estamos trabajando en ello: las buenas prácticas ambientales en nuestras instalaciones públicas, la mejora en los Puntos Limpios, la mejora en los contenedores de separada para papel- cartón, envases ligeros y vidrio.
Y desde el Consorcio de Servicios, en el que están implicados el Cabildo Insular y los 14 Ayuntamientos, se camina en la misma dirección, que la resumo:
1. Prepararnos para cumplir con la nueva normativa en materia de residuos y adaptar los sistemas de gestión para avanzar hacia una sociedad de economía circular, lucha contra el cambio climático y eficiencia energética.
2. Estudiar y aplicar los modelos óptimos de recogida separada para la reutilización y el reciclaje, como los sistemas puerta a puerta, mejorando la eficiencia en el transporte; desarrollando la gestión descentralizada de los biorresiduos, también a través de compostaje doméstico y comunitario; o controlando los distintos sistemas de recogida separada.
3. Llevaremos un control permanente del sistema de recogida para sustituir paulatinamente el contenedor de fracción resto por la recogida de materiales para la economía circular.
4. Colaboraremos con los Ayuntamientos para adaptar las ordenanzas municipales de recogida y fiscalidad, para potenciar la separación en origen, aplicando incentivos a la reducción y el pago por generación.
5. Colaboraremos con el Cabildo y los Ayuntamientos en la búsqueda de financiación para dotar los medios y las infraestructuras necesarias: plantas y espacios para el compostaje, adaptaciones de Puntos Limpios y Complejo Ambiental de los Morenos, Creación de Polígonos de Economía Circular, etc.
6. Aplicaremos un nuevo sistema de gestión de datos sobre los residuos, en colaboración con el Cabildo Insular y el Gobierno de Canarias.
Y, sin embargo, el viernes pasado, reitero fue un día triste para mí, un paso atrás. Sólo espero, que, como la propia vida, un pequeño retroceso, para coger impulso y seguir apostando por un mañana mejor para todos los palmeros y palmeras.
Depende de todos y todas, que nuestra Isla de La Palma, siga siendo el paraíso que todos hemos disfrutado hasta ahora. Espero haber tocado las venas sensibles de mis paisanos, porque seguimos estando a tiempo de conservar y mejorar el futuro de nuestros hijos.
Nieves Rosa Arroyo Díaz, consejera de Servicios y Cambio Climático del Cabildo Insular de La Palma
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