Aunque existen graves problemas medioambientales como los incendios, la introducción de especies invasoras, etc., la continuidad en el tiempo (su generación diaria) convierten a los residuos en el principal problema medioambiental y obviamente eso deriva en costes con repercusiones económicas en la sociedad. Algunos de los costes por todos conocidos son los costes de recogida, gestión, tratamiento, donde el complejo medioambiental de Los Morenos (Villa de Mazo-La Palma) puede llegar a gastar 6 millones de euros cada año.
Los residuos también tienen otras repercusiones económicas como la internalización y externalización de costes, habitualmente no contemplados; aspectos que fueron estudiados por la Economía Ambiental y la Economía Ecológica en los años 80 y 90 (autores como Azqueta y otros, son referentes). De similar manera, las contribuciones que la gestión medioambiental (incluyendo los residuos) aporta a la economía fueron también estudiadas por Joseph Stiglitz (Premio Nobel de Economía en el año 2001). Pero me centraré en algunos ejemplos que ayuden a las lectoras y a los lectores a tener claro que si se gestionan bien los residuos, la economía de las islas se verá fortalecida generando nuevos y mejores empleos.
Un destino turístico sostenible es el deseo de muchos turistas procedentes de países con gran arraigo medioambiental como Alemania o los países nórdicos. Así lo ha entendido desde hace años el Hotel Princess de Fuencaliente (La Palma) que viene recogiendo selectivamente la fracción orgánica de sus residuos, dando una imagen de compromiso medioambiental. En este sentido son varios los tour-operadores y turistas que incluyen en las listas de chequeo de sus destinos cómo se lleva a cabo la gestión de residuos. De no generar un beneficio económico una adecuada gestión de residuos ¿por qué muchos cruceros (como MSC Seaview) separan sus residuos?. Por tanto queda claro que una adecuada gestión de residuos significa una mejor imagen turística, y eso deriva en un turismo de calidad.
De modo similar, sabemos que cualquier actividad de servicios, agrícola, industrial, o de transformación genera residuos, por tanto una adecuada gestión de residuos, elimina obstáculos a las empresas, ya que estás tendrán un problema menos al que hacer frente cuando desarrollen sus actividades.
La famosa economía circular incluye como aspecto central el reciclaje, que conjuntamente con actividades como reutilizar, reparar, renovar… generan un valor añadido, con repercusiones en empleo y calidad de vida. Por ejemplo, el reciclaje de la materia orgánica a través del compostaje permite obtener un abono de calidad que para una isla agrícola como la Isla de La Palma, sólo aporta ventajas. (Ahorro de millones de euros en insumos). Pero debemos de ser más ambiciosos y generar economía a partir de aquellos residuos que no logramos reducir, desarrollando tecnologías que permita su reciclaje a pequeña escala, probando nuevas máquinas y soluciones, soluciones estas, que podemos exportar a todo el mundo, de igual manera que podemos exportar un modelo de gestión en islas que incluya una ingeniería de rutas del siglo XXI, compostaje comunitario, ejemplos de reducción, ahorro en costes, etc. Todo lo que se exporte genera empleo, y si encima minimizamos los impactos, podemos estar satisfechos.