Dramática situación
la que en La Restinga existe,
yo no sé cómo resiste
la penosa migración.
Trastorna la población
de un territorio pequeño,
frágil, como pueblo isleño,
acogedor, generoso,
con un corazón hermoso
como demuestra el herreño.
Jócamo, 9.II.2024
NOTA: El coqueto puerto pesquero de La Restinga, en la isla de El Hierro, ha perdido su habitual sensación de recreo y paz.
El tradicional pistoneo de los pequeños motores de los barcos pesqueros, lo ha sustituido el sordo ronroneo de las embarcaciones mayores de salvamento y vigilancia costera: Salvamar y Guardia Civil.
Las escafandras de los submarinistas se confunden, en las calles y pantalanes, con el uniforme de camuflaje de las cuadrillas del Ejército de Tierra.
Las sirenas y linternas de las ambulancias y vehículos de la Policía y Guardia Civil, alteran el ánimo de la población.
En la dársena del puerto, atracadas o amontonadas sobre el muelle, se acumulan decenas de pateras, que un día sí y otro también, arriban atestadas de migrantes africanos.
Un drama que no cesa y que según las noticias está llamado a empeorar, alimentado por miles de almas desesperadas que esperan su oportunidad para zarpar desde las costas de Mauritania rumbo al “mar de la esperanza”, que siempre se imagina mejor que la cruda realidad que viven en la tierra que les vio nacer.