Llegada del agua a la plaza de El Paso

23 de junio de 2022 13:19 h

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(A mi buen amigo Raúl Rodríguez Pages, callado estudioso del pasado pasense)

La canalización de las aguas de los manantiales de Ejerjo -también conocido por Egeros- y Capitán, en la zona de La Cumbrecita fue una efeméride compartida por igual por los municipios de El Paso y Los Llanos de Aridane.

Se puede decir, sin temor a dudas, que ha sido para los dos municipios uno de los logros históricos más importantes para su posterior desarrollo económico y social.

Tengamos en cuenta que mientras la prensa de la isla destacaba las extraordinarias y “faraónicas” obras de ingeniería del canal de Suez en Egipto, que unió dos mares, en las mismas fechas y páginas se daba cuenta de las obras de canalización, en 1867, de las primeras aguas de abasto público a los dos municipios del Valle de Aridane.

La contraposición de estos dos hechos y obras denota, amargamente, la precariedad de infraestructuras públicas con que contábamos en La Palma por esos años en una zona de la isla que hoy es el motor económico de la misma. Esta precariedad y “largas” no sólo es achacable a los organismos públicos sino también a algunas posturas radicales de algunos “mayores contribuyentes” palmeros, los “señores del agua”.

El periódico palmero El Time de fecha 22 de enero de 1867, pg. 2, nos apunta claramente las fechas que debieron llegar las aguas de la Empresa Hidráulica Aridane al hoy casco urbano del municipio de EL Paso. Recoge el rotativo diciendo:

        “La Empresa de Aridane marcha rápida y felizmente en su obra. De los cuatro trozos en que dividió la atargea (Sic) general por donde se han de conducir las aguas de Ajerjo y Capitán desde la Cumbrecita hasta los Llanos, los dos, el primero y el tercero, que fueron rematados el día 11 de abril del año próximo pasado [1866] con la condición de que había de darse concluidos en el plazo de diez y ocho meses, quedaron entregados en su totalidad el día 31 de diciembre, es decir, en menos de la mitad del plazo estipulado. De manera que hoy corre ya el agua por la atargea (Sic) desde la Cumbrecita hasta el lomo ó cueva de la Sabina; de allí por canales de madera hasta dónde llaman los Dornajos, y de este punto por atargeas (Sic) otra vez hasta la plaza de la iglesia del Paso”.

Queda con esta noticia esclarecido que el lugar de “la Plaza de la Iglesia” de El Paso ya contaba con el agua corriente de la Empresa Hidráulica Aridane, al menos y con anterioridad al 22 de enero de 1867. En nuestra opinión debieron llegar entre el 31 de diciembre de 1866, entrega de las obras, y días antes 22 de enero de 1867, fecha de publicación del rotativo.

Hoy El Paso conserva gran parte de la infraestructura hidráulica de Aridane. Por el camino hacia la Cruz Grande, pasando por el chorro y abrevadero de Don Diego, hacía el de Las Canales, el margen izquierdo de la vía lo marca el deslinde del muro (en realidad pequeño acueducto compacto) de la Empresa Hidráulica Aridane, con “cajitas de reparto” en piedra tallada y el tubo de cerámica embutido entre el amasijo de piedras y cal o cemento hidráulica. Continúa el entubamiento por el margen derecho de las Cuestas de Hermosilla, a simple vista apreciable la tubería de cerámica en los cortes de acceso a fincas y heredades. Destaca en el fondo del barranco de Tenisca el arco, acueducto, de piedra por el que se cruzaba el agua a la población de Los Llanos de Aridane.

Tantos los abrevaderos de Las Canales, Don Diego, Paso de Abajo y Trocadero este último en Los Llanos de Aridane, responden a un mismo concepto de construcción, planchas de piedra talladas unidas, en su parte superior, por un trozo de metal. Todos estos tramos son dignos de conservación y son muestra de una época.

Han pasado 155 largos años de la efeméride. Nos parece apropiado al menos darlo a conocer y compartir. 

María Victoria Hernández, cronista oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (2009)