Queremos pensar que el rescate de La Palma tras el desastre va caminando lento, pero seguro. Con frecuencia hemos oído la frase: “¡Muchos se han hecho ricos con el volcán!”, porque por ejemplo es lamentable la insolidaridad de quienes han elevado los precios de las pocas viviendas de alquiler disponibles. También se comenta que algunos pequeños empresarios han preferido seguir recibiendo ayudas en vez de reabrir sus establecimientos. En el Valle hemos oído que ha abundado y abunda todavía la picaresca de quienes han hecho negocio con la carencia de otros. Por ejemplo: es picaresca que se rebaje en 20 céntimos el precio del combustible, y a los pocos días esté más caro que con anterioridad. Una broma de muy mal gusto, en beneficio de concesionarios e intermediarios.
Ahora desde la Presidencia del Cabildo se informa que se están dando pasos para la apertura del hotel de Puerto Naos, el supermercado, la farmacia, los dos kioscos de la playa y algún local comercial más. Todo esto sería un alivio y una señal de esperanza, porque la playa de Puerto Naos y sus servicios añaden una importante actividad económica. Hasta ahora mismo, la presencia peligrosa de CO2 impedía la presencia humana. Ahora, 564 viviendas ya han vuelto a ser habitadas y según el comisionado especial para La Palma del Gobierno estatal, Héctor Izquierdo, antes del verano podrán reabrirse el 80 por ciento de las viviendas y el importante hotel Sol La Palma. Ojalá sea así, para superar las sensaciones negativas de los últimos tiempos.
Además, se ha comentado una noticia ampliamente esperada por los vecinos y usuarios de la playa, la construcción del dique sumergido para frenar las olas en la zona de la Punta del Pozo, que fue bloqueado en 2017 por el Estado. Esto mejoraría sensiblemente la calidad de la playa.
También se indica que el 15 de mayo han de abandonar el hotel de Fuencaliente las personas que todavía se encuentran allí. Nos preguntamos si todos los casos de permanencia en el citado establecimiento hotelero han estado fundamentados en la necesidad o responden a otras apetencias.
Tal vez el problema consista en que hay que ser consciente de que el futuro requiere el esfuerzo de muchos, y que se hace ejercer la antigua costumbre de la solidaridad y el hermanamiento.
Más dificultad plantea la reconstrucción de las fincas de plataneras, un amigo nos ha dicho que a él solo le queda la posibilidad de recuperar unos tres celemines y el resto queda inutilizado bajo un manto de lava de más de diez metros de espesor.
Lo importante es recuperar sensaciones anteriores al volcán, ver que todo se va normalizando.