El CCN pide otro nombre para el 'Tubo de Todoque'

El Centro Canario Nacionalista (CCN), a través de su secretario federal Alfonso López, recuerda en un comunicado que “desde la publicación de la Ley 12/1987, de 19 de junio, de declaración de Espacios Naturales de Canarias como 'Paraje Natural de Interés Nacional en el ámbito de la Comunidad Autónoma' con el nombre de 'Tubo Volcánico de Todoque', posteriormente reclasificado como 'Monumento Natural' por la Ley 12/1994 de 19 de diciembre de Espacios Naturales de Canarias y después en el Texto Refundido de las Leyes de Ordenación del Territorio y de Espacios Naturales de Canarias, donde se le mantiene con su misma categoría, existe un error evidente en su denominación”.

Tal error, asegura, “se debe a que dicho Tubo Volcánico, tanto en su origen como en su finalización se encuentra enclavado en el pago de Las Manchas, en Los Llanos de Aridane, y distanciado a unos tres kilómetros del pago de Todoque, en el mismo municipio”.

Por ello, el CCN solicita de “los agentes implicados en el proyecto, ya ejecutado en más del 60%, que dado que en una segunda fase asumida en su totalidad por el Cabildo se ejecutará un centro de interpretación de cavidades volcánicas en los alrededores, fuera ya del Espacio Natural Protegido, subsanen el error en la denominación del Tubo Volcánico adoptando de acuerdo a criterios históricos y científicos el nombre 'Tubo Volcánico Cueva de Las Palomas', ya que desde antaño los vecinos de Las Manchas lo bautizaron con este nombre por el gran número de palomas que allí vivían y que esta cueva forma parte de la historia y patrimonio de todos los palmeros y, en especial, de los mancheros”.

El origen de este monumento es la colada de lavas de la erupción histórica de San Juan de 1949, en cuyo seno se formó el tubo volcánico. Se trata de una galería que transcurre a poca profundidad vertical. Pese a su juventud, en el hábitat subterráneo viven multitud de animales invertebrados muy adaptados a la vida permanente en la oscuridad. En cuanto a las lavas superficiales, también tienen copiosas poblaciones de artrópodos, a pesar de que apenas han sido recubiertas por la vegetación.

Alfonso López concluye que “debemos proteger este paisaje subterráneo singular, de especiales características y que añade, sin lugar a duda alguna, variedad en el conjunto insular”.