Los abandonan sin piedad, a su suerte. Desde enero a octubre, los voluntarios de la Asociación para el Bienestar de los Animales Palmeros Bianpa-Anda La Palma han recogido en distintos puntos de la Isla un total de 447 ejemplares que deambulaban sin rumbo y asustados por caminos y carreteras. “Esta cifra es alarmante”, señala María Hernández, miembro del citado colectivo, quien recuerda que el cobijo a estos animales maltratados está a cargo de “unos pocos voluntarios y casas de acogida”. “Debemos pensar también cuántos ejemplares más han sido adoptados por parte de otras personas anónimas, de amigos alemanes que realizan labores idénticas en la Isla, o cuántos habrán muerto sin ayuda, y cuántos están aún desprotegidos”, comenta Hernández. Este problema, asegura, “año tras año se acentúa de una forma alarmante y sin control”.
La sociedad, dice María, es “irresponsable por no esterilizar o castrar a sus mascotas, por no tener conciencia de que siempre es mejor adoptar que comprar, porque cuando adquieres un animal otro está sufriendo soledad y abandono, y porque, además, estás siendo cómplice de un círculo vicioso, de que continúen existiendo criaderos en los que sus dueños solo piensan en obtener ganancias a costa de otros seres vivos”. Los ciudadanos, añade, “también son culpables por no sentir empatía hacia otras especies a las que les hemos privado de unos derechos legítimos”. “Poco a poco les hemos ido privando de esos derechos, de ser respetados, cuidados, protegidos y aceptados como especies diferentes que conviven con nosotros, y a las que debemos considerar como lo que son: otros seres vivos que comparten con nosotros un mundo que no nos pertenece solo a los humanos”, añade María.
Bianpa-Anda La Palma también considera culpable del abandono de los animales a las administraciones, al Cabildo, a los ayuntamientos y “a todos aquellos que pueden ayudar muchísimo más, pero que no lo hacen; que cada cual actúe en conciencia”, concluye.
El pasado 17 de noviembre se celebró la cena benéfica anual de la Asociación Bianpa-Anda La Palma, en la que se hace un recuento de los animales que han recogido a lo largo del año los voluntarios del colectivo.