El Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) sigue constatando altas concentraciones de dióxido de carbono (CO2) de origen volcánico-hidrotermal en viviendas del núcleo desalojado de La Bombilla, más de un año después de que finalizara la nueva erupción volcánica en Cumbre Vieja.
En ese núcleo costero, al que sus vecinos no han podido regresar, al igual que los de Puerto Naos, el Involcan incrementó a finales de 2022 de tres a diez el número de estaciones para la monitorización de CO2, explica la institución en redes sociales.
Las siete nuevas estaciones han sido instaladas en otras tantas casas, y estas hacen un registro de concentración de CO2 en su interior con una frecuencia de 15 minutos a 10 centímetros del suelo.
Los rangos de los valores promedios observados para cada una las estaciones de monitorización de CO2 durante el periodo comprendido entre el 29 de diciembre de 2022 y el 11 de enero de 2023 oscilan entre las 2.500 y las 8.500 partes por millón, las más bajas, y las 10.000 y 33.000 partes por millón, las más altas.
Involcan recuerda que los sistemas nacionales de salud de diversos países recomiendan establecer un rango aceptable de exposición al CO2 a largo plazo (ALTER) de hasta 1.000 partes por millón de promedio en el aire ambiente interior de viviendas residenciales.
Hace hincapié en que la concentración de CO2 en el aire ambiente interior de una vivienda que no estuviera afectada por emanaciones difusas anómalas de CO2 no debiera ser superior a la concentración del CO2 en la atmósfera (aproximadamente 412 partes por millón), independientemente que la vivienda se encuentre o no ventilada, y máxime si la misma se encuentra desocupada.
Por lo tanto, los datos recopilados por las estaciones “reflejan claramente la acumulación de CO2 en el interior de viviendas de La Bombilla como consecuencia de la entrada en el interior de las mismas de CO2 de origen volcánico-hidrotermal”, subraya Involcan.
El trabajo de investigación en la medición de gases cuenta con la colaboración científica de la Universidad de Azores (Portugal) y la Universidad de Ciencias Aplicadas de Düsseldorf (Alemania), así como con el apoyo de los cabildos de La Palma y Tenerife y del Gobierno de Canarias.