“Ninguna noticia o fotografía merece la vida de un periodista”

Reconoce que “fue duro” cuando le dejaron bien claro que corría el riesgo de sufrir un secuestro y le explicaron cómo debía actuar ante esta hipotética situación. Carlos Aciego de Mendoza (Santa Cruz de La Palma, 1993) es el único canario que ha participado en la XI Jornadas de Corresponsales de Guerra que se celebraron la semana pasada en Madrid y Toledo organizadas por la Escuela de Guerra del Ejército de Tierra con el fin de ofrecer a los profesionales de los medios de comunicación conocimientos y habilidades que les permitan desarrollar su trabajo con la mayor seguridad posible cuando se desplacen a una zona de crisis o conflicto. “La experiencia ha sido muy positiva, porque he adquirido conocimientos importantísimos para poder desempeñar lo que quiero hacer”, ha señalado a LA PALMA AHORA.

Durante cinco días, Carlos Aciego se aproximó a las circunstancias extremas a las que puede verse obligado a enfrentarse un corresponsal de guerra. “La formación consistió en hacernos vivir las posibles situaciones que podríamos experimentar en zona de conflicto, con ejercicios con fuego real, identificación de artefactos explosivos, cursos de soporte vital, de conducción de 4x4 y conducción evasiva, situaciones de secuestro, vuelo en helicópteros tipo Chinook y maniobras empotrados dentro del batallón ‘Filipinas 47’ en el campo de entrenamiento de Alijares, en Toledo”, explica. “Las maniobras con fuego real y sentir en primera línea la onda expansiva de una granada antipersona, es impresionante”, confiesa. Sin embargo, esta experiencia no ha hecho que Carlos abandone la idea de ejercer como fotógrafo en zona de guerra. Al contrario. “Ahora estoy más seguro de que es lo que quiero hacer”, recalca.

Las jornadas se celebraron en Madrid, aunque los participantes realizaron visitas y actividades fuera de la capital de España para “conocer diferentes instituciones como la Escuela de Sanidad del Ejército, donde llevamos a cabo las prácticas sanitarias, o el Centro Internacional de Desminado, en el que hicimos las prácticas de identificación de minas y artefactos improvisados”, detalla.

Carlos cursa actualmente el Ciclo Superior de Fotografía en la Escuela de Arte Manolo Blahnik, y con anterioridad realizó el Bachillerato en la Especialidad de Arte y un año del Ciclo Superior de Gráfica Publicitaria. La vocación de Aciego de ser corresponsal de guerra la ha asumido su familia “con resignación”. “Saben que es lo que me gusta desde hace mucho tiempo, aunque creo que al principio se lo tomaron un poco a broma, como algo muy difícil de conseguir, pero ahora lo ven no tan imposible”, comenta.

Ante la pregunta si merece arriesgar la vida por informar, responde: “Ninguna noticia o fotografía vale la vida de un periodista y para eso me formo, para no arriesgarla más de lo necesario y saber enfrentarme a esas situaciones comprometidas que se puedan presentar”. La decisión de ser corresponsal de guerra viene motivada tanto por el deber de informar, de dar testimonio de lo que ocurre en un área de conflicto, como por “ganas de aventura”. “Es una mezcla de las dos cosas”.

Es consciente de que no corren buenos tiempos para los periodistas y cooperantes que desarrollan su labor en zonas conflictivas. “Desde luego que no, pero se trata de no arriesgarse más de lo necesario, aunque hay ocasiones en las que es imposible evitar esas situaciones y ahí es donde puede ser de mucha utilidad la formación que hayas recibido, y tener claro, como ya dije antes, que ninguna fotografía merece tu vida”, subraya.

Este joven fotoperiodista palmero quiere terminar su formación y seguir preparándose “con vistas a lo que me gustaría hacer”. “Tengo algunas ideas, pero para desarrollar en un plazo de uno o dos años, un periodo en el que puede cambiar la situación de algunos países y con ello mis planes”.