Una de las prioridades de Amnistía Internacional (AI) es impulsar políticas que luchen por los derechos de las mujeres y las niñas. Miriam Ojeda, del Equipo de Igualdad de Género de esta organización no gubernamental, ha reconocido a este digital que “AI se ha centrado en la protección de los derechos civiles y políticos que se ejercen en el espacio público, pero para el colectivo de mujeres y niñas el espacio privado es el principal lugar de vulneración de derechos, y esta realidad es mucho más difícil de afrontar porque en las casas no podemos entrar”.
Ojeda ha visitado recientemente La Palma, invitada por el grupo local de Amnistía Internacional, para participar en una mesa redonda sobre los derechos de las mujeres y las niñas junto a la periodista Montserrat Domínguez y la profesora Ana Vega.
Considera que “es necesario contar con mecanismos muy fuertes para poder denunciar esa vulneración de derechos y mecanismos de protección”, pero también, subraya, “mecanismos de reparación y justicia, porque si la mujer pone una denuncia y no se le cree, no se le hace caso, se expone a que cuando vuelva a su espacio privado se encuentre con represalias, por lo que rechazará volver a denunciar y será una ciudadana de segunda”.
Resalta que “en un país como España tenemos mecanismos legislativos suficientes para combatir ciertas violencias contra las mujeres, tenemos una Ley Integral contra la Violencia de Género que supuestamente debería de valer para combatir esta violencia; sin embargo, vemos que a pesar de que existan todos estos mecanismos no hay un acceso real a ellos; hay una diferencia entre la formalidad de la Ley y la realidad, y realmente con esa Ley no se defiende a las mujeres”. “A muchas no se les han concedido la ayuda que necesitaban, los mecanismos de protección adecuados y han acabado como todos sabemos”, recuerda. “Vivimos en un sistema de desigualdad en el que puede ocurrir que el juez no se crea lo que la mujer le está contando, y eso es producto de una estructura de desigualdad de género”, insiste.
Por otro lado, explica que Amnistía Internacional desarrolla su labor siempre “desde un marco de derecho internacional, y en los últimos años se ha intentando que la integración de género sea un hecho en nuestro trabajo, es decir, que si se hace un informe sobre la inmigración que se tenga en cuenta cómo afecta la migración a las mujeres, porque hay un enfoque muy masculinizado”. “Debemos tener una visión más general para saber qué derechos se están vulnerando a mujeres y niñas, por eso una de nuestras prioridades es integrar el género desde las investigaciones para después poder solicitar políticas que tengan en cuenta este impacto diferenciado”.