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El neurocirujano palmero Jesús Martín-Fernández, referente internacional y pionero en cirugía despierta para preservar las emociones en pacientes con tumores cerebrales

La Palma Ahora

Santa Cruz de La Palma —
2 de enero de 2023 14:26 h

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Nacido en La Palma hace 30 años, el joven científico, neurocirujano y compositor, ya ha sido portada de Los Angeles Times o El Washington Post por su estudio sobre la música clásica, el reguetón y el cerebro (publicado en Neuroscience©). Actualmente se encuentra trabajando como neurocirujano en Francia con su mentor, el profesor Hugues Duffau, en el campo de la cirugía despierta en el lado derecho del cerebro, al mismo tiempo que investiga como científico en el hospital más prestigioso de Inglaterra (Queen Square Hospital). De esta forma, se consolida como figura internacional por sus avances y conocimientos en la materia que le conducen a llevar la neurocirugía más allá de preservar el lenguaje y el movimiento de los pacientes con tumores cerebrales, consiguiendo identificar las zonas encargadas de las emociones, la cognición o la personalidad. Este logro le está permitiendo extender esta nueva filosofía en hospitales de España, Brasil o Hungría que ya se han mostrado interesados en aplicar esta técnica. 

Después de hacerse viral en el año 2021, siendo el neurocirujano más citado en los medios de comunicación de todo el mundo  por su estudio sobre la música clásica, el reguetón y el cerebro (publicado en Neuroscience©), puede decir que ya ha ocupado portadas en los periódicos y medios de comunicación más prestigiosos del mundo: El Washington Post, Los Angeles Times, CNN, Playground. En junio del pasado 2022 recibía un premio a Mejor Neurocientífico Joven Internacional por un artículo publicado en Brain Sciences©, donde explicaba cómo hacer una cirugía despierta en pacientes multilingües respetando cada uno de los idiomas y demostrando cómo se ubicaban en el cerebro de un políglota los diferentes lenguajes. Esta investigación fue realizada junto a Alejandro Fdez-Coello y Andreu Gabarrós. Hoy en día, continúa como neurocirujano en el Hôpital Gui de Chauliac e investiga sobre el conectoma humano, así como la consciencia desde un punto de vista integral: desde la física cuántica hasta la cirugía despierta. Al mismo tiempo crece su trabajo como compositor, acaba de grabar y dirigir a la Orquesta Sinfónica de Budapest, en octubre de 2022, interpretando su banda sonora para la obra de teatro sobre La Primera Vuelta al Mundo de Magallanes y Elcano de la compañía Timaginas Teatro. Jesús Martín-Fernández afronta este nuevo año lleno de desafíos, tanto en el ámbito científico como en el artístico con múltiples invitaciones para dar conferencias internacionales, para operar en varios lugares del mundo donde desarrollará la cirugía despierta en el hemisferio cerebral derecho y nuevas bandas sonoras para cine y teatro. Hace tan solo unas semanas era invitado al Hospital del Mar, uno de los más importantes de Cataluña, para llevar a cabo una cirugía despierta a un paciente que previamente había sido descartado para este tipo de operación, con la finalidad de poder preservar todas sus funciones cerebrales a la vez que se extirpaba el tumor en su totalidad. A la intervención asistió Televisión Española para grabar un documental sobre cómo compagina su vida entre España y Francia, la neurocirugía y la música. 

¿Ha tardado demasiado la neurocirugía en llegar a preservar las emociones y la cognición, que de alguna forma condicionan el alma y la esencia de un ser humano?  

Ha tardado lo que la neurociencia ha tardado en entender que el cerebro no es un mapa donde sus funciones están ubicadas en sitios concretos a modo de monumentos sobre una ciudad. En 1930 W. Penfield descubría dónde estaba la región de nuestro cerebro que controlaba los movimientos de cada parte de nuestro cuerpo. Esto fue un hito que nos nubló el horizonte de alguna forma. Quiero decir, que, aunque comprendimos que mediante un estímulo de baja frecuencia en la superficie cerebral podemos conocer qué función tiene esa región, nos ha hecho tardar demasiado en entender que las funciones cerebrales no son monumentos aislados en un mapa que funcionan de forma independiente. Tenemos que entender que cuanto más compleja es la función cerebral de la que hablamos (al polo opuesto del movimiento estaría por ejemplo la cognición social o cómo nos comportamos con los demás), menos podemos entender el cerebro como un mapa donde cada monumento tiene una función concreta, sino que estas funciones son posibles gracias a los miles de conexiones neurales (o carreteras) que conectan cada uno de estos monumentos. Hablamos de redes. Todo sucediendo al mismo tiempo. Esto es el ‘conectoma humano’. Por lo tanto, la cirugía despierta en el hemisferio derecho no intenta buscar los monumentos donde se encuentren las emociones o la cognición de forma aislada, sino que trata de encontrar los puntos críticos de las carreteras que necesitan estar conservadas para que cada uno de los monumentos pueda seguir funcionando.  

¿Qué significa ser pionero en algo tan complejo siendo tan joven? ¿Cuál crees que será el siguiente paso en la neurocirugía del paciente despierto? 

Creo que pionero ha sido mi profesor, con el que tengo la suerte de compartir mi día a día, Hugues Duffau, uno de los mejores neurocirujanos y neurocientíficos de la historia de la medicina. Yo trato de hacer mi camino, trato de añadir mi punto de vista a lo que él me enseña, y así vamos construyendo. Nuestra idea es convencer a la comunidad de la neurocirugía, que necesitamos acercarnos más a la neurociencia. Es necesario. El cerebro no es un mapa con monumentos. Son monumentos y miles de carreteras conectándolos. Sin eso, no podremos avanzar y no podremos entender por qué realmente nosotros defendemos que es necesario hacer cirugía despierta en pacientes con tumores cerebrales en el hemisferio derecho, o también mal llamado, hemisferio no dominante. ¡Tenemos que ir más allá! ¡Ser humano es más que hablar y moverse! Queremos que nuestros pacientes puedan volver a su trabajo, es nuestra máxima, pero también que vuelvan a crear, que vuelvan a su actividad familiar y social, que vuelvan a amar. ¿Por qué no? Ahí están los datos. Hablamos de ciencia. Creo que el siguiente paso, y es lo que comenzamos a estudiar, es que entiendo como necesario abordar las funciones cerebrales complejas (cognición semántica, cognición social, atención…) desde algo más allá de la resonancia magnética y la cirugía despierta. Creo que vamos hacia las ciencias computacionales y la física cuántica. Queda un largo camino por recorrer. Es emocionante cada invitación que recibo para dar una conferencia internacional o para ir a operar a algún centro que está interesado en este campo. Otra cosa fundamental es tener un equipo que confíe en ti. Tengo la suerte de compartir con Gloria Villalba, neurocirujana; Natalia Navarro, neuropsicóloga; y Gabriel Rodríguez, también neuropsicólogo, esta forma de ver el cerebro desde el conectoma.  

¿Qué significa ser invitado a dar una conferencia en Italia para hablar sobre la consciencia delante de un premio Nobel como el físico Roger Penrose?

Para serte honesto, trato de asimilarlo. En Sicilia, en mayo de 2023, se celebrará el Congreso Internacional sobre la Consciencia Humana, donde se aborda este fenómeno desde un punto de vista integral: biología, psicología, filosofía, metafísica, neurocirugía… Hablaré de por qué la neurocirugía necesita de la física cuántica para explicar fenómenos tan complejos como la consciencia. Hasta ahí todo bien. El ‘problema’ es compartir escenario y hablar frente a un premio Nobel en Física sobre esta mezcla de ciencias. Es un tema sobre el que nadie ha publicado nada potente, sobre cómo podemos buscar puntos de unión entre la neurocirugía y la mecánica cuántica. Lo haré desde el máximo respeto e ilusión por compartir. Será un momento que recordaré para siempre, seguro.

La pregunta que le harán a menudo… ¿Cómo compagina ser neurocientífico de importancia internacional con la composición musical? ¿Qué proyectos tiene por delante? 

Siempre digo lo mismo: es menos glamouroso de lo que parece. No hay tiempo para misticismos ni para estar pendiente de todo lo que no sea estudiar e intentar ser productivo. Es mi forma de vida. He aceptado que para ser feliz necesito saber, y para saber, necesito estudiar constantemente. Tengo una rutina diaria, y quien me conoce sabe que intento llevarla a cabo de manera rigurosa. Este próximo año, mientras continúo haciendo la estancia internacional con el Profesor Duffau para continuar especializándome en la cirugía despierta para tumores cerebrales en el hemisferio derecho, continuaré haciendo un máster internacional en dirección de orquesta por la UNIR (con maestros como Roberto Montenegro, Pascual Osa o Aldo Ceccato), y estaré haciendo varias bandas sonoras para proyectos cinematográficos internacionales de los que no puedo aún desvelar nada. Por otro lado, hacer música para teatro me ha fascinado, ¡está todo tan vivo! Ya tenemos el siguiente proyecto con Timaginas teatro empezando a andar.