La marina del Puerto de Santa Cruz de La Palma será como una balsa de aceite incluso cuando se registra mar de fondo. Las dos grandes compuertas que permitirán el cierre hermético de la bocana para reducir la agitación de la lámina de agua en la zona de pantalanes causada por el citado movimiento de las olas, comenzarán a funcionar en breve. La obra está terminada desde el pasado mes de febrero, pero falta ajustar los semáforos y el balizamiento del acceso conectado a las compuertas que avisan cuando abren o cierran la dársena.
Las citadas estructuras móviles pesan 50 toneladas cada una y miden 24 metros de ancho y cuatro de altura. En esta actuación, la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife ha invertido más de 1,4 millones de euros.
Las compuertas podrán ocupar cuatro posiciones diferentes: La sumergida, con ambas unidades apoyadas sobre la losa de fondo de hormigón; la posición intermedia, como configuración que cubre con cierto margen tanto el nivel de la bajamar media como el de la máxima; posición de cierre, hace lo propio con los niveles de la pleamar media y la máxima, y la posición de mantenimiento, con ambas compuertas fuera del agua para someterlas a labores de mantenimiento.