“Muchísimas voces aseguran hoy que si hay propuestas de cambio político real en el siglo XXI hay que mirar a los feminismos”. Esperanza Jorge e Inmaculada Antolínez participan en las III Jornadas La voz de la mujer, que se celebran esta semana en Santa Cruz de La Palma y Los Llanos de Aridane, con un documental que lleva por título Irioweniasi y que aborda la trata de seres humanos de origen nigeriano. “Nuestro proyecto combina investigación académica en la universidad e intervención social y, por supuesto militancia, con el tema de la trata de seres humanos de origen nigeriano”, han señalado a La Palma Ahora. “Trabajamos mayormente con niñas, jóvenes y mujeres nigerianas que se vinculan a la trata para ejercer el derecho migratorio y llegan a territorio europeo donde les espera la explotación, sobre todo sexual, pero también laboral y de otros tipos”, explican.
Uno de los resultados del proyecto de Esperanza Jorge e Inmaculada Antolínez es el documental Irioweniasi, de nacionalidad compartida -española, nigeriana y marroquí-, que se proyecta este miércoles, a las 19:30 horas, en la Casa de la Cultura de Los Llanos de Aridane. En esta película “son las propias mujeres las que cuentan, junto con técnicas y profesionales en la temática, cuál ha sido su experiencia de vinculación a la trata de seres humanos, y cómo afrontarla y superarla”, afirman.
La voz de la mujer, sostienen, aún no se escucha. “En nuestro caso, uno de los ejemplos más claros de esta exclusión de las voces de las mujeres es la trata de seres humanos, que conlleva silencio y amenazas para que las jóvenes no cuenten cómo viven, cómo están o cómo es la explotación que les espera en Europa y en el Estado español en concreto”, dicen.
El papel de las féminas en la sociedad actual, a escala global, sigue siendo desigual. “Como cualquier espacio social reconocido, la mujer tiene que ganárselo, un espacio que le es propio, que es suyo, como parte fundamental de la sociedad, con propuestas propias, de transformación, pero siempre tenemos el doble trabajo para ocupar esos espacios legítimos”, subrayan. “El papel de la mujer en la sociedad sigue siendo minoritario para ocupar lo que es nuestro, y que es nuestro no solo por ser persona, sino porque somos ese sector de la humanidad que traemos propuestas de cambio; desde las minorías las propuestas tienen otro sabor, otra necesidad de transformación y de cambio, y desde ahí las mujeres y los feminismos están ofreciendo propuestas realmente transformadoras”, añaden.
“Abogamos por mirar a los feminismos descoloniales , esos feminismos de los márgenes, del otro lado de las fronteras, de esas mujeres que nos enseñan de tantas partes del mundo, no solo de esta Europa, que está un poquito vieja, y que de las que tanto podemos aprender; las mujeres de otras partes del mundo traen frescura, la necesidad de la vida en el centro”, exponen.
Esperanza Jorge e Inmaculada Antolínez resaltan que “hay voces que siguen estando silenciadas, invisibilizadas, acalladas, y continúa siendo necesario que haya espacios en que se escuchen a tantísimas mujeres, a tantísimos colectivos desfavorecidos; las mujeres viven una situación peor porque, en el caso de Nigeria, no tienen los mismos derechos que los hombres, no pueden ser gobernadoras, ni presidentas, no pueden ocupar esos espacios de poder, a la mujer le toca estar en el ámbito doméstico, del cuidado, maravilloso pero que queda reducido a lo invisible y no reconocido, una situación que también ocurre en España”. “En Nigeria, cuando un chico quiere ejercer su derecho migratorio entra dentro de las redes de tráfico ilegal, pero en el caso de una mujer lo hace inserta dentro de la red de tratas, con esa gran diferencia, donde el cuerpo de ella se convierte en un cuerpo de consumo y de compraventa”, remarcan.
Las III Jornadas La voz de la mujer están impulsadas por Karmala Cultura y organizadas por la Consejería de Cultura del Cabildo de La Palma, el Instituto Canario de Igualdad y los ayuntamientos de Santa Cruz de La Palma y Los Llanos de Aridane. En esta tercera edición se centran en el ámbito cultural y el activismo social de la mujer y tienen un carácter más reivindicativo.