Reconoce que dar clases de ajedrez a alumnos ciegos y deficientes visuales es una de las experiencias más gratificantes que ha tenido como profesor del deporte ciencia. Gustavo de la Cruz, licenciado en Historia, es monitor superior de ajedrez. En 1995 fue campeón juvenil de Canarias y en 2005 logró la misma posición a nivel regional. Además, en seis ocasiones se ha proclamado campeón insular. Imparte clases en el Centro Insular de Ajedrez desde el 2001, tanto a nivel de divulgación como de tecnificación. Entre sus alumnos de tecnificación se encuentran algunos campeones de España en categorías inferiores y muchos campeones y medallistas de Canarias. Pero la docencia con discapacitados visuales le ha marcado. Enrique Fariñas, Quique, delegado de la ONCE en La Palma, y su esposa, Lali, son dos de sus cuatros alumnos invidentes. “Quique ha progresado notablemente desde el 2011, año que empecé a darle clases, y junto con Lali, ha entrado recientemente en la lista de puntuación internacional, denominada Elo”, ha explicado a LA PALMA AHORA. Gustavo siempre recordará una partida que jugó en Gran Canaria con un discapacitado visual que estuvo a punto de perder.
-¿Cuándo comenzó a impartir ajedrez a invidentes?
-A principios del año 2011 en la sede de la Organización Nacional de Ciegos (ONCE) en Santa Cruz de La Palma.
-¿A cuántos alumnos ciegos enseña?
-Ahora mismo tengo cuatro alumnos invidentes y tres con deficiencia visual.
-¿Qué método utiliza para el aprendizaje?
-Con los alumnos ciegos ante todo debe primar la paciencia. Hay diferenciar entre las clases que se imparten de forma presencial y las que doy a través de la línea telefónica. En las segundas, obviamente, utilizo y pongo mucho énfasis en las coordenadas algebraicas de las jugadas realizadas en el tablero, repasando constantemente la posición de las piezas. Las clases presenciales son más sencillas ya que resulta evidente observar cuándo tus alumnos hacen las jugadas que les explicas.
-¿Cómo es un tablero para ciegos?
-El tablero tiene los cuadros negros ligeramente más altos que los blancos, para hacerlos diferenciables al tacto. Las piezas negras llevan, en su parte superior, una protuberancia que las distingue de las blancas. Cada casilla del tablero tiene un orificio en el centro; en él se insertan las piezas, que disponen, en su parte inferior, de un pequeño vástago. Mediante este sistema, las manos del jugador pueden tocar todas las piezas sin derribarlas. Las partidas entre ajedrecistas ciegos se juegan en dos tableros; cada uno de los jugadores mueve las piezas en su tablero de modo que, al tocarlas, no moleste ni sea molestado por su contrario. Los relojes de ajedrez disponen de un mecanismo de voz con auriculares para acceder al tiempo de juego.
-¿Les cuesta mucho aprender a los invidentes?
-Obviamente, a un ciego le puede costar más aprender a jugar al ajedrez que a alguien que pueda ver, sin embargo, acaban finalmente haciéndolo en un breve espacio de tiempo debido a que existen unos tableros y piezas adaptados para ellos en los cuales la información de la situación de las piezas la reciben a través del sentido del tacto.
-¿Las nuevas tecnologías le han ayudado en estas enseñanzas?
-Sí, lo hacen tanto para jugadores no invidentes como para los ciegos, ya que las partidas de ajedrez las podemos enviar a distancia por medio de la red. Aún con todo sería deseable que los programas informáticos específicos de ajedrez se adaptasen mejor a los deficientes visuales. En esto todavía hay mucho camino por recorrer.
-¿Cuál es la tarea más complicada?
-En el entrenamiento del ajedrez, dependiendo del nivel al que se quiera llegar, pueden existir tareas más o menos complejas. Sin embargo, si algo he aprendido dando clases a jugadores ciegos, especialmente a Quique, es que la paciencia te hace llegar más lejos. Es decir, se pueden hacer tareas complejas siempre y cuando se tenga en cuenta que si no se hace en una hora o una sesión se hace en dos horas o más sesiones.
-¿Qué beneficio reporta este deporte mental a las personas con discapacidad visual?
-Además del espíritu de superación y de concentración, también a los invidentes les reporta mejoras en la orientación espacial, es decir, el pensamiento en abstracto para poder desplazarse sin necesidad de estar en contacto físico con sus barreras.
-Entre los invidentes habrá también unos jugadores mejores que otros.
-Desde luego, como en todos los deportes y en todas las facetas de la vida, siempre hay personas que destacan más que otras. Recuerdo una partida que disputé en el año 2005 con un jugador ciego, la cual tuvo el resultado de tablas y me costó muchísimo evitar perderla. Recientemente, en el torneo internacional de Vecindario (Gran Canaria), una selección de los mejores jugadores españoles de la ONCE participaron en la competición y el nivel mostrado fue bastante respetable.
-¿Qué supone para usted esta experiencia con personas invidentes?
-Esta es una de las mejores experiencias que he tenido desde que soy profesor de ajedrez; es más, tengo muchísimas ganas de repetir el viaje que hice en 2013 con Quique, Lali, Román, May e Itziar (y no me olvido de los perros) al campeonato de Segunda División interregional de España, ya que al final estos alumnos te reportan una experiencia vital tanto o más útil para uno mismo que incluso la que uno les reporta a ellos.
El vídeo que realizó Gustavo de la Cruz en un viaje a Ávila con el equipo de la ONCE en 2013 puede visualizarse en el siguiente enlace: http://www.youtube.com/watch?v=OAg7uxsjycI