El Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha instalado en Puerto Naos 12 nuevos sensores de gases que se detectan en exteriores de la zona evacuada tras la erupción volcánica, informa en sus redes sociales.
De estos 12 sensores, explica, 11 son similares y se añaden a los que incluía la Red Moure (Monitorización Ubicua y Remota de Emplazamientos) desplegada en agosto que miden concentraciones hasta el 4% de dióxido de carbono (CO2).
Señala que se ha instalado otro que llega a hasta el 10% en la Playa Chica.
Todos los equipos y sus comunicaciones, apunta, han sido diseñados y fabricados por el personal científico del grupo de Geoquímica del IGN en las instalaciones del Centro Geofísico de Canarias de Santa Cruz de Tenerife.
Los 22 sensores, indica, ya desplegados en la zona proporcionan datos en tiempo real con una frecuencia de 5 minutos y llegan al IGN y al Cabildo de La Palma para su monitorización.
Para la instalación de los sensores, añade, el personal del IGN iba equipado con sus EPIs (Equipos de Protección Individual), incluyendo equipos autorrescatadores que lleva siempre que entra en esta zona y que proporcionan una seguridad ante cualquier descenso brusco de oxígeno.
El pasado mes de agosto el IGN instaló en Puerto Naos una red de monitorización de dióxido de carbono (CO2) en tiempo real. El grupo de instrumentación del IGN en Tenerife, explicó entonces, diseñó una red completa con 10 sensores de medida de CO2, con comunicación a través de la nueva tecnología LoRa.
La citada instrumentación, apuntó, permite monitorizar la calidad del aire en tiempo real para una vigilancia activa y al mismo tiempo investigar las posibles causas de estas emanaciones.
El grupo de instrumentación del IGN en Tenerife, dijo, ha diseñado la red de monitorización de gases Moure mediante “la tecnología puntera LoRa”.
Permite, agregó, la recepción de datos de 10 emplazamientos donde se adquieren medidas de concentración de CO2 en el aire y la temperatura de cada emplazamiento con un muestreo de datos cada 5 minutos que llegan directamente al Centro Geofísico de Canarias en Santa Cruz de Tenerife.
La red Moures, apuntó, es un proyecto de innovación realizado íntegramente por el grupo de instrumentación del IGN de Tenerife, tanto los programas en Python y C, como las placas de hardware necesarias.
Tienen un sensor de CO2 con una sensibilidad hasta un 5% de concentración y rango de temperaturas de -20 a 70ºC. Su autonomía es de 6 meses y solo la estación concentradora que recibe las señales de los 10 sensores necesita alimentación que la consigue a través de energía solar.
Todos los datos son enviados a internet a través de comunicaciones móviles 4G. Esta red permite un mejor seguimiento y vigilancia de los peligros post-eruptivos de la erupción volcánica en la isla de La Palma, concluyó.