Un equipo internacional de investigadores con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y cuyos resultados se publican en The Astrophysical Journal Letters, ha revelado que el par de asteroides P/2016 J1 es el más joven conocido hasta el momento.
El asteroide se ha estudiado desde el Gran Telescopio Canarias (GTC), situado en el Observatorio del Roque de Los Muchachos, en las cumbres de Garafía, y el telescopio Canadá- France-Hawái, instalado cerca de la cima del Mauna Kea (Hawái).
“Los resultados derivados de la evolución orbital demuestran que el asteroide se fragmentó hace aproximadamente seis años, por lo que el sistema constituye el par de asteroides más joven del Sistema Solar encontrado hasta la fecha”, ha afirmado el científico del CSIC en el Instituto de Astrofísica de Andalucía e investigador principal del trabajo, Fernando Moreno.
Además, P/2016 J1 presenta otra peculiaridad. “Los dos fragmentos se hallan activados. Es decir, muestran estructuras de polvo similares a las de los cometas. Es la primera vez que observamos un par de asteroides con actividad simultánea”, ha indicado el investigador.
El análisis ha permitido conocer que los asteroides se activaron cerca del paso por el perihelio -el punto de su órbita más cercano al Sol- entre finales de 2015 y principios de 2016. Los datos obtenidos también han revelado que los asteroides permanecieron activos por un periodo de entre seis y nueve meses.
Carácter doble
Su carácter doble se descubrió en 2016. Los pares de asteroides son objetos relativamente frecuentes en el cinturón principal de asteroides que se producen cuando un asteroide progenitor se fragmenta en dos asteroides, por ejemplo por un exceso de velocidad de rotación o por un impacto con otro cuerpo.
Los asteroides del cinturón de asteroides situado entre Marte y Júpiter giran en torno al Sol en órbitas casi circulares, de modo que no sufren los cambios de temperatura que producen las características colas de polvo en el caso de los cometas. Sin embargo, ya se han documentado unos 20 casos en los que un asteroide aumenta su brillo y despliega una cola de polvo.
Los asteroides que forman pares no están ligados gravitatoriamente y van alejándose de manera progresiva pero dibujan órbitas similares en torno al Sol. Así, reconstruyendo las órbitas de los pares de asteroides, los astrónomos pueden determinar el momento de máxima aproximación y, por lo tanto, establecer la fecha en la que se rompió el asteroide.
Asimismo, los responsables del estudio han apuntado que la distancia temporal entre el momento de la fragmentación y su episodio de actividad implica que estos eventos no están relacionados. De hecho, los datos apuntan a que la fragmentación del asteroide se produjo en el perihelio, pero en la órbita anterior ya que P/2016 J1 tarda 5,65 años en completar una órbita en torno al Sol.
“Con toda probabilidad la actividad de emisión de polvo se debe a la sublimación de hielos que quedaron expuestos desde el momento de su fragmentación”, ha concluido Moreno. De esta forma, la investigación indica que cinturón de asteroides es una región del Sistema Solar más activa de lo que se creía.