“Hay millones de personas pasándolo mal y no estamos respondiendo”

El cooperante Javier Urrecha, coordinador del Departamento de Programas de Cooperación de la ONG jesuita Entreculturas, se ha desplazado a la Isla para presentar la exposición fotográfica itinerante ‘Somos migrantes’ que se expone en la Casa Salazar de Santa Cruz de La Palma hasta el próximo 14 de noviembre y que muestra la dramática situación que viven las personas que abandonan sus países de origen en busca de un futuro mejor. “Me ha roto los esquemas llegar a México y ver cómo la gente se está jugando la vida para subirse a una tren sabiendo que pocos lo conseguirán y que muchos van a morir o a ser secuestrados o torturados”, ha reconocido a LA PALMA AHORA.

La exposición está promovida por Entreculturas, una ONG de desarrollo promovida por la Compañía de Jesús que cree en la educación como instrumento de desarrollo, transformación y diálogo entre culturas, y que impulsa acciones solidarias con los más desfavorecidos con la educación como instrumento de cambio social. La muestra cuenta asimismo con el respaldo del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) de España y México, organizaciones que se dedican sus esfuerzas a la acogida y acompañamiento de inmigrantes, al estudio de las migraciones y a la promoción de una sociedad inclusiva, integrada e intercultural.

‘Somos migrantes’ recoge fotografías de personas mexicanas y centroamericanas que cruzan las fronteras entre México y Estados Unidos, y de las que llegan desde el continente africano y se encuentran en Melilla, en la frontera sur de Europa, con el conocido como ‘muro de la muerte’, una valla de seis metros de altura rematada por afiladas cuchillas. “Pretendemos denunciar todas las violaciones de los derechos humanos que sufren, contarlo y recabar colaboración para todo el trabajo de ayuda humanitaria que se está haciendo con ellos: comida, apoyo psicológico y legal y alojamiento”, explica Javier Urrecha.

Entreculturas tiene “tres objetivos claros”: denunciar la vulneración de los derechos más básicos de millones de personas que se ven obligadas a abandonar sus países, prestarle ayuda humanitaria a los desplazados y “trabajar las causas de las migraciones, que no se producen porque sí, sino por conflictos, extrema pobreza o violencia generalizada”, dice Urrecha, y subraya que “con o sin papeles estas personas son para nosotros refugiados de facto, migraciones forzadas que tenemos que atender”. “Entreculturas impulsa la educación, promoviendo el desarrollo de las comunidades de origen, que puedan moverse pero que no se ven obligadas a huir forzadamente”, precisa.

Urrecha asegura que no hay conciencia social sobre la situación de los migrantes. “Los ciudadanos responden mucho a la noticia, a las modas, pero hay mucho rechazo y mucho miedo a lo distinto, a que la gente se mueva; más que xenofobia hay miedo a lo diferente, queremos que no vengan aquí, no dimensionamos lo que está pasando en el mundo”. Pone el ejemplo de Siria. “Que haya países que tengan un millón o un millón y medio de refugiados y que aquí nos peleemos porque vengan 10.000 o 15.000, es inmoral”. “Ahora atendemos a los sirios, pero llevamos con gente en Marruecos decenas de años, muchas veces sin respetar sus derechos y darle toda la atención legal y humana que debemos”, recuerda. “Tenemos que prestar atención al origen, mientras no trabajemos las causas, no fomentemos un desarrollo y unas condiciones mínimas y dignas para la gente, se van a seguir moviendo, exactamente igual que haríamos nosotros”, recalca. “Hay que entender que esto es un fenómeno global y que no para; ahora está Siria, pero hay muchos conflictos en el mundo que no salen en las noticias, como Sudán, República Centroafricana, hambrunas en África, refugiados y desplazados en México, en Colombia y países limítrofes…”, enumera. “No podemos permitir que las autoridades ignoren a estas personas, y que tengamos que ser las organizaciones no gubernamentales las que tengamos que estar dándole atención básica sin apoyo de la sociedad civil y de los gobiernos”, denuncia.

Javier Urrecha lo tiene claro: “Tienes que ponerte en la piel de la gente que está amenazada y perseguida, que no tiene para comer y que busca un futuro mejor. Humanamente, me ‘toca’ mucho ver gente en los albergues y pensar que muchos de ellos morirán; hay millones de personas pasándolo realmente mal, en una situación de emergencia y lo ignoramos, cerramos las fronteras o las traspasamos a países limítrofes para lavarnos la conciencia, pero no estamos respondiendo”.

Las desgarradoras imágenes de la exposición han sido cedidas por los fotógrafos Jesús Blasco de Avellaneda, José Palazón, Antonio Ruiz, Sergio Cámara, Marcos Moreno, Santiago Llobet, Mónica Lozano, José Hernández Claire, José Carlo González, Fabio Cuttica, Andrea Aragón y Olivia Vivanco.