Las precipitaciones registradas en La Palma el pasado miércoles han sacado “a la luz el ingente calor que aún sigue atrapado en las coladas de lava” del nuevo volcán en Cumbre “casi un año después del final de la erupción”, señala el Instituto Volcanológico de Canarias (Invocan) en sus redes sociales.
La lluvia, en contacto con las altas temperaturas de las coladas, generó la citada joranda una intensa bruma que imposibilitó el tráfico por la vía La Laguna-Las Norias que discurre sobre la lava.
Las lavas humeantes por el vapor de agua tras las lluvias crearon un singular paisaje en el entorno del Valle de Aridane.
Las coladas del volcán que erupcionó el 19 de septiembre del pasado año y se dio por finalizado el 13 de diciembre, ocupan una superficie de 1.219 hectáreas. El perímetro es de 68,9 kilómetros.
La altura promedio de las coladas centrales oscila entre los 11 y los 30 metros.
Las situadas más al norte y al sur tienen una altura media que va de los 5 a los 10 metros.
En el entorno de la Montaña Rajada hay puntos de elevación en torno a los 70 metros, y sobre los 60 la conocida como colada primigenia, la que atravesó Todoque y formó la primera fajana.
Precisamente, en los cantiles por los que cayó la lava y se formaron dos fajanas, hay grandes acumulaciones de entre 60 y 70 metros de altura. Los referidos deltas lávicos ocupan unas 48 hectáreas.