La Consejería de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad del Gobierno de Canarias, a través de la Viceconsejera de Medio Ambiente y Seguridad, ha puesto en marcha la elaboración de un plan de conservación para las palomas turqué (Columba bolii) y rabiche (Columba junoniae) en el Archipiélago con la apertura de la fase de consulta previa, indica en una nota de prensa. En La Palma, apunta, “se desarrollarán medidas adecuadas para garantizar que los efectivos de la Isla se encuentren en un estado de conservación favorable”. Aunque, explica, “en comparación las otras islas donde habitan las citadas especies, las poblaciones de estas aves presentan una situación mejor, no están exentas de la necesidad de aplicar medidas preventivas que afiancen el buen estado de conservación”.
A través del portal www.canariasparticipa.com, ciudadanos, organizaciones representativas, colectivos y administraciones podrán hacer sus aportaciones con carácter previo al inicio de la redacción del plan.
Estas especies, señala, “tienen un papel clave en la dispersión de semillas facilitando la regeneración y conservación de los bosques de laurisilva y termófilos canarios. Es por ello que el objetivo último del plan es recuperar un estado de conservación favorable de las palomas turqué y rabiche en el conjunto del Archipiélago canario, en calidad de especies estandarte e indicadoras del grado de conservación y avance de los bosques de laurisilva y termófilo de las Islas”.
Para ello, añade, “el plan plantea favorecer en Gran Canaria las condiciones que permitan la continuidad y buen estado de la población de la paloma rabiche, que está siendo reintroducida, así como facilitar el despliegue de las líneas de desarrollo necesarias para el reforzamiento de la población de la paloma turqué también en esta Isla. Esto, a su vez, permitirá la supervivencia y asentamiento de aquellos ejemplares de ambas especies que son capaces de alcanzar Gran Canaria en sus movimientos de dispersión”.
Apunta que “se pretende también favorecer el asentamiento de una población estable de paloma rabiche en El Hierro y revertir el actual estado de conservación desfavorable de esta especie en algunas localidades de las islas de Tenerife y La Gomera, propiciando la recuperación de su hábitat e impulsando la mitigación de aquellos factores que operan con incidencia negativa sobre su población, y sobre los que es posible actuar con resultados significativos y efectividad a la vista del balance coste-esfuerzo/resultado esperado”.
Finalmente, se desarrollarán medidas adecuadas en La Palma para garantizar que los efectivos de la Isla se encuentren en un estado de conservación favorable. Aunque, en comparación con las restantes islas, las poblaciones de estas aves presentan una situación mejor, no están exentas de la necesidad de aplicar medidas preventivas que afiancen el buen estado de conservación.
Las especies mencionadas se encuentran incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y, en el seno de éste, la paloma rabiche también está registrada en el Catálogo Español de Especies Amenazadas en la categoría de ‘vulnerable’. A su vez, el Catálogo Canario de Especies Protegidas incluye a las dos especies de palomas en su Anexo V en calidad de ‘vulnerables’. Atendiendo a la normativa ambiental vigente, la inclusión de un taxón o población en la categoría de ‘vulnerable’ conllevará la adopción de un plan de conservación, que incluya las medidas más adecuadas para el cumplimiento de los objetivos buscados, explica.
Las palomas turqué y rabiche son especies endémicas de Canarias propias de los bosques de laurisilva y termófilo, si bien, sus ejemplares son también hoy observados en otros hábitats debido a su gran capacidad de desplazamiento, a la degradación e incluso desaparición de una parte considerable de los bosques ocupados en el pasado y atendiendo a patrones estacionales de disponibilidad de alimento.
Existen evidencias de que las poblaciones de ambas palomas ocupaban en el pasado un área de distribución mayor que el actual. Así, restos óseos de sus tipos encontrados en algunos yacimientos y las crónicas históricas, apuntan a la presencia de estas especies también en sectores e islas del archipiélago canario donde en la actualidad no se presentan. La destrucción histórica de su hábitat, junto con el efecto de la caza furtiva, y la depredación por parte de especies animales exóticas introducidas en las islas como gatos y ratas, son los principales motivos que han intervenido, condicionando su distribución actual.