David Batista, con el propósito inicial de reanudar su relación y no asumiendo que Laura había puesto definitivamente fin a ella, comenzó a enviarle mensajes de whattsapp desde su móvil hasta que fue bloqueado, según se relata en el escrito de la fiscal. Llegó a remitirle hasta 112 mensajes del 16 de junio al 10 de julio de 2015, “los cuales iban subiendo en intensidad debido al enorme rencor producido por la ruptura sentimental, hasta llegar a anunciarle su muerte y hacer una alusión explícita al al fuego”. Entre los mensajes enviados se encuentran los siguientes:
-17 de junio de de 2015, a las 17.18 horas: “… si m estas exando un pulso ya veremos en q va a acabar… aprovexa tu momento q lo weno dura poco…”
-22 de junio de 2015, a las 21.32 horas: “…esto va a acabar mas que mal…”
-23 de junio de 2015 a las 22.45: “…pero kien no es pa mi…no es…”
-4 de julio de 2015 a las 13.55: “…así que a cada cerdo le llega”.
-5 de julio de 2015 a las 14.26: “…cada vez tngo mas claro cual es nuestro futuro…encontrarnos cn el bebe q nunca tuvimos…”
-5 de julio de 2015 a las 14.32: “…si no eres pa mi…no eres pa nadie”
-5 de julio de 2015 a las 15.15: “…pero se q ya esta todo perdido… asi q m la sopla todo porq ya no tngo mas na q perder…”
-5 de julio de 2015 a las 20.32: “…aprovecha que ya t qda mnos”.
-5 de julio de 2015 a las 21.06: “…tic tac…tic tac… tic tac… cuanto mas tarde…mas arde” .
El mismo día, relata la fiscal, que “puso fin a la vida de Laura, el 10 de julio de 2015, el acusado, le envió los siguientes SMS:
-A las 05.30 horas: “eres mas puta q las gallinas…acabas d sentenciar tu muerte…falsa milonguera”.
-A las 10.15 horas: “a verdad q es una pena poner a dos familias de luto por lagarta”.
Según se recoge en el escrito de la Fiscalía, “el, acusado decidido a acabar con la vida de Laura y tal y como había planeado, salió de su domicilio portando una garrafa homologable de combustible, adquiriendo litros de gasolina”. Añade que “tras colocar la referida garrafa en el interior de una mochila (…) tomó camino hasta el establecimiento” en el que trabajaba la joven.
Una vez en el interior del local, “de manera sorpresiva, el acusado se dirigió al mostrador” donde se encontraba Laura “atendiendo a una cliente, y tras rodear el mostrador, la arrinconó contra la pared, sin que tuviera posibilidad de defensa alguna al no esperar dicha reacción para proceder de inmediato, movido por el el ánimo de acabar brutalmente con la vida de su ex pareja, a rociarla con la garrafa de gasolina, arrojando el combustible sobre su cuerpo”. Continúa que “el acusado, en su firme propósito de acabar con la vida de Laura y quemarla viva, sacó un mechero y le prendió fuego, ocasionándole quemaduras que afectaron al 95% de su cuerpo y resultaron mortales, produciéndose el fallecimiento a las 12.40 horas por cuadro de shock secundario a lesiones por quemaduras generalizadas e inhalación de humo, fallecimiento que se produjo en el Hospital General de La Palma, donde fue trasladada y llegó con vida, a pesar de que las heridas eran mortales de necesidad, tras haber padecido durante una hora y 25 minutos un gran sufrimiento tanto físico como psíquico al encontrarse consciente en todo momento”.