“El COVID-19 llegó a nuestras vidas y nos llenó de caos e incertidumbre, y dentro de ese caos nace nuestro proyecto con el objetivo de ayudar y agradecer a todas las personas que han ayudado y contribuido en esta lucha independientemente de su puesto”, ha señalado a este digital Martina González Franco, de Obradoiro de Martina.
“Toda la materia prima sale del baúl de los proyectos que aún no han visto la luz de nuestro Obradoiro, y jamás hubiera pensado que fueran a narrar esta nueva historia en forma de gorros quirúrgicos sanitarios. El primero en nacer de todos ellos y el que creo que es el fundador de este gran proyecto es una tela que tenía siluetas de figuras humanas dándose la mano, formando una cadena humana. A mi mente volvió el recuerdo del vídeo promocional de las matronas de La Palma, donde en un fragmento del vídeo aparecían siluetas de familias y una voz en off que nos decía que había tantos tipos de familias como personas en el mundo”, explica. “Ahí empezó nuestra primera cadena, pensando en proteger a nuestra gran familia. Más adelante comenzamos a caminar cada vez más lejos para ayudar a más personas. Con este proyecto hemos intentado dar las gracias con un producto que seguirá teniendo vida después del COVID-19, que protegerá y cuyos colores son vida y felicidad, dándonos esa gran cercanía que de otra forma no podemos tener. Hemos tenido la suerte de poder ayudar con nuestros gorros para cumplir los EPIS también a peluquerías, asistentes a domicilio, cocinas, médic@s, cirujan@s, etc., y a toda persona que nos escribió para sumarse a este proyecto, pues hay que agradecer a la Policía Local de Barlovento por ayudarnos a llegar hasta su municipio”, detalla Martina.
“Este proyecto arrancó como un gesto a la familia y se transformó en una forma de dar las gracias por estar ahí sin diferenciar el sector, como puede ser el ejemplo de los empresarios y empresarias de la Asociación de Empresarios de Breña Baja, con los que nos pusimos contacto para ayudar a cumplir los nuevos EPI y aliviar su carga, porque estas empresas son las grandes olvidadas y también son parte esencial de la lucha. Sigamos aportando nuestro pequeño granito de arena para cambiar el mundo”, concluye Martina.