El Centro Vulcanológico Nacional, concebido por el Consejo de Ministros de España en 2022, tiene como objetivo primordial abordar el estudio, la investigación y la prevención de los riesgos asociados a la actividad volcánica. Aunque aún no se ha definido su ubicación, se han establecido criterios específicos para seleccionar su sede, basados en la descentralización administrativa, el reto demográfico de la “España vaciada”, el desarrollo regional y la eficiencia en costes y beneficios.
La singularidad insular de Canarias ha sido un modelo de descentralización administrativa en pro de las islas y sus órganos de gobierno, como los cabildos. Sin embargo, en un territorio fragmentado como Canarias, se evidencia la necesidad de una descentralización institucional adicional. La mayor parte de los órganos institucionales de la Comunidad Autónoma se concentran en las islas capitalinas de Tenerife y Gran Canaria, por lo que una descentralización institucional podría servir como herramienta para frenar la despoblación de lugares como La Palma.
En este sentido, La Palma, con su escasa densidad poblacional, se perfila como una ubicación óptima para albergar el Centro Vulcanológico Nacional, cumpliendo varios de los criterios establecidos. Su ubicación en una zona poco habitada promovería tanto la descentralización administrativa como económica. Además, se prevé que la creación del centro genere empleo, estimule la inversión y fomente la investigación científica y tecnológica, lo que impulsaría la economía local.
La erupción del volcán Cumbre Vieja en 2021 subrayó la necesidad de contar con un Centro Vulcanológico Nacional en La Palma. La falta de una red de monitoreo extensa y una presencia científica continua dificultaron la detección temprana y la respuesta a esta erupción. Por ello, la ubicación del centro en La Palma aprovecharía avances científicos y tecnológicos para mejorar la seguridad de la isla y sus habitantes.
La isla de La Palma se considera una de las zonas volcánicas más activas de Europa. Su estructura geológica, actividad sísmica y emisión de gases volcánicos la convierten en un laboratorio natural de inmenso valor para el estudio de estos fenómenos. Establecer el Centro Vulcanológico Nacional de forma permanente en La Palma ofrecería beneficios científicos y estratégicos sin precedentes.
La presencia constante de científicos y técnicos en la isla permitiría un monitoreo exhaustivo de los fenómenos volcánicos, facilitando la detección temprana de posibles erupciones y el desarrollo de técnicas de prevención y mitigación. Además, la ubicación estratégica de La Palma en el Atlántico facilitaría una respuesta ágil ante eventos volcánicos, brindando asesoramiento a las autoridades locales y formulando planes de emergencia efectivos.
La instalación del Centro Vulcanológico Nacional sentaría las bases para programas de estudio de vulcanología en la isla, atrayendo a estudiantes nacionales e internacionales, lo que contribuiría al crecimiento académico y científico de La Palma.
En términos económicos, la inversión y el mantenimiento del centro generarían empleo y nuevas oportunidades laborales, revitalizando la economía local. Además, la presencia de científicos y sus familias aumentaría la demanda de servicios y productos locales.
En cuanto al impacto social, la presencia del centro contribuiría a mejorar la educación y concienciación pública sobre los riesgos volcánicos, reduciendo el miedo a los terremotos y erupciones y promoviendo una comprensión responsable de los procesos geológicos y la convivencia con el entorno volcánico.
Se espera la decisión final sobre la ubicación del Centro Vulcanológico Nacional para el año 2024, momento en el cual se evaluarán las propuestas de las diferentes islas Canarias para albergar este centro crucial para la investigación y prevención de riesgos volcánicos en España.
La eventual ubicación del Centro Vulcanológico Nacional en La Palma representa una decisión de suma estrategia con potenciales beneficios científicos, económicos y sociales incalculables. Sin embargo, es fundamental evitar la repetición de errores pasados en cuanto a la toma de decisiones, tal como sucedió décadas atrás con la instalación del Instituto de Astrofísica de Canarias en Tenerife. A pesar de que La Palma posee cielos excepcionales, albergando algunos de los telescopios más destacados del mundo, la sede central y la mayor parte de su personal, cerca de 300 personas, se encuentran en Tenerife. Este patrón no debe repetirse. Se requiere una auténtica descentralización, tanto administrativa como institucional, para otorgar a todas las islas, siendo un total de 8, la posibilidad de prosperar y mejorar.
Si el Instituto de Astrofísica ha contribuido alrededor del 3% del Producto Interno Bruto (PIB) de la isla, ¿qué porcentaje adicional podría representar si toda la institución se estableciera en La Palma? Es vital que el Centro Nacional de Vulcanología se sitúe en esta isla y se convierta en un centro de desarrollo científico y económico integral. Este enfoque no solo serviría para evitar el éxodo poblacional de la isla, sino que también impulsaría la ciencia y la tecnología, actuando como un pilar fundamental junto al turismo y la agricultura para el desarrollo responsable y climáticamente consciente de La Palma.
La presencia continua de expertos en el campo de la vulcanología, junto con la ubicación estratégica de la isla, y el impacto socioeconómico positivo previsto, serían elementos cruciales para el éxito de esta iniciativa. La centralización excesiva en una sola isla ha demostrado limitar el potencial de otras regiones. En este sentido, es esencial que se adopte un enfoque equitativo que permita a La Palma ser el epicentro de esta actividad científica, beneficiándose plenamente de los recursos y la inversión asociados.
En resumen, el traslado y la consolidación del Centro Vulcanológico Nacional en La Palma representarían una oportunidad histórica para la isla, proporcionando un entorno propicio para el crecimiento científico, económico y social. Esto no solo permitiría el desarrollo y la aplicación de investigaciones punteras en vulcanología, sino que también abriría un camino hacia la diversificación económica y la sostenibilidad, convirtiendo a La Palma en un ejemplo a seguir en el contexto de las islas Canarias. La presencia permanente de expertos, la ubicación privilegiada de la isla y su impacto socioeconómico positivo serían elementos determinantes para su éxito.