El bar Parada, en el municipio de Fuencaliente, fue utilizado como centro de referencia de los medios de comunicación que cubrían la anterior erupción volcánica que se produjo en la isla, la del Teneguía, en 1971.
Situado caso al final del pueblo, el bar Parada también fue en aquellos momentos el lugar en el que tomaban café los científicos que acudieron a estudiar la erupción del cercano Teneguía, dijo a Efe el catedrático emérito de Geografía de la Universidad Complutense de Madrid, Eduardo Martínez de Pisón, quien en aquellos momentos era profesor en la Universidad de La Laguna.
El bar Parada ofrece café, licores y todo tipo de bebidas, pero también queso, galletas y almendrados, de las que también se disfrutaba en 1971, cuando el propietario del local era el maestro de la escuela, ha explicado a Efe Honorio Pérez, de 71 años, quien en aquella época trabajaba en el bar que ahora regenta su hijo.
Honorio Pérez Cruz ha explicado que cuando se produjo la erupción del Teneguía él no estaba en el local, y cuando llegó estaba terminando el proceso eruptivo, y ha añadido que al local llegaba gente de todos los sitios.
El bar Parada era el punto de encuentro de la mayoría de la gente y Honorio Pérez ha indicado que el Teneguía era un volcán sin peligro, no como el de ahora, que produce mucha más preocupación a los ciudadanos, ya que el de 1971 nació cerca del mar y corrió hacia él, ha añadido.
El Teneguía no se llevó por delante viviendas, algo que ha ocurrido en esta ocasión con el volcán que el pasado 19 de septiembre entró en erupción en el sistema Cumbre Vieja, en la vertiente oeste de la isla y cuya lava comenzó a caer al mar 9 días después en el municipio de Tazacorte.
Ahora molesta la ceniza que sale del volcán y lo “grande” está en la otra parte de la isla, ha dicho Honorio Pérez, quien ha asegurado que no siente los muchos movimientos sísmicos que el Instituto Geográfico Nacional localiza cada día en Fuencaliente, mientras que en 1971 afirma que sí los sintió.
En 1971 el bar Parada era uno de los pocos lugares en los que había teléfono y Honorio Pérez ha recordado que estaba conectado a un marcapasos, de forma que el coste de las llamadas se pagaban en función de los “pasos” que señalaba el aparato.
El teléfono estaba al lado de la puerta y en 1973 se hicieron reformas en el local, como que desde entones los baños se han incorporado al interior del bar.
Honorio Pérez ha señalado que en el bar Parada siempre se han vendido dulces, además de cachimbas, tabaco y artesanía, y comenzó a trabajar en él cuando salía de la escuela, con 13 años.
Cuando los dueños del local se hicieron mayores y se fueron de la isla él lo arrendó, hacia 1974 o 1975, y ahora el propietario del bar es su hijo.
En el bar Parada echa una mano una de las nietas de Honorio, se llama María Pérez, tiene 16 años y tras manejar con soltura la máquina de café ha manifestado que no ha visto periodistas en el local tras la erupción del volcán.
Ha opinado que con la información que facilitan algunos periodistas se crea alarma porque se dice más de lo que “realmente pasa”, y ha opinado que los jóvenes de su edad en La Palma han vivido mucho para su corta edad como dos grandes incendios, el coronavirus y ahora la erupción volcánica.