La playa de La Veta está de moda. A lo largo del verano numerosas embarcaciones se han concentrado en esta recóndita cala del litoral de Tijarafe, a la que se accede por tierra desde el barrio de Aguatavar. La concentración de barcos en el periodo estival, en tan reducido espacio, no es del agrado de todos los bañistas, pero ya se ha normalizado su presencia y algunos llegan a comparar este enclave con las privilegiadas calas de Ibiza, aunque de arena negra. La puesta de sol desde este punto de la costa de La Palma es una experiencia que muchos quieren vivir durante el estío.
La extensión de La Veta es estacional, es decir, pierde metros durante el invierno y los vuelve a ganar en verano. Para llegar a esta cala hay que caminar unos 20 minutos desde el final de la pista asfaltada, que llega casi hasta el mismo acantilado.
La Veta, como el resto de playas de la Isla, está abierta al Atlántico y se recomienda mucha precaución a la hora del baño por la presencia de corrientes.