No tienen ninguna duda. “La sentencia de La Manada es producto de un sistema patriarcal que tiene a las mujeres apisonadas desde hace siglos”. María Gómez, bióloga y feminista, participó este sábado en la concentración que se celebró ante la sede de los juzgados de Santa Cruz de La Palma para mostrar su rechazo frontal al fallo de la Audiencia de Navarra que ha condenado a nueve años de prisión a cinco hombres por abusos sexuales a una joven en Pamplona durante las fiestas de los Sanfermines de 2016. Los magistrados consideran que que se trata de una agresión sexual y no de una violación porque, sostienen, no hubo violencia ni intimidación. “No es un abuso, es una violación; la chicha fue obligada a meterse en un portal, vejada y agredida sexualmente; cinco hombres la penetraron de forma anal, oral y vaginalmente, y si oponía resistencia corría el riesgo de morir”, señala con indignación. “Ante el miedo, te paralizas, te bloqueas y solo quieres que pase cuanto antes el sufrimiento”, subraya.
Expresa su perplejidad por este fallo judicial. “La justicia no entiende esta situación y han emitido una sentencia que nos pone a todas las mujeres en peligro”, advierte, y comparte las palabras de Victoria Ortega, presidenta del Consejo General de la Abogacía Española, quien asegura que “el concepto de violencia que se recoge en el código Penal para los delitos de naturaleza sexual contra las mujeres es absolutamente arcaico y estereotipado”.
“Esta sentencia nos está diciendo a todas las mujeres españolas que estamos desprotegidas, que si salimos a la calle, a una fiesta o a un concierto, y nos violan, la ley que tenemos es esta”, remarca. “Este fallo judicial es injusto, y nace de un sistema educativo patriarcal muy brutal, que tiene a las mujeres apisonadas desde hace siglos; llevamos más de 300 años luchando por nuestros derechos, queremos ser reconocidas como mujeres, como personas que formamos parte de una sociedad”, resalta María, y hace hincapié en que “esta sentencia demuestra en qué situación estamos las mujeres”. “Hay una cultura de la violación que está normalizada en este sistema; siempre se cuestiona a la víctima, si opuso resistencia o no”, afirma.
La sentencia de La Manada ha generado un sentimiento de indefensión y desprotección en muchísimas mujeres, que se preguntan si la justicia protege realmente sus derechos. “En caso de robo te recomiendan que no opongas resistencia porque tu vida puede correr peligro, pero si te violan tienes que oponer resistencia y arriesgar, y después esperar a que la justicia te crea”, se lamenta María. “Todo esto nace de un sistema patriarcal, estamos educados todos y todas de un modo que nos tiene en desigualdad y en desequilibrio”, insiste. “Unas estamos oprimidas y otros están viviendo de nuestra opresión”, concluye.
María se muestra partidaria de incluir la formación en materia de violencia de género para poder concursar a órganos judiciales especializados y no duda en que hay que seguir luchando por una justicia con perspectiva de género para desterrar estereotipos, prejuicios y una justicia machista.