El director de Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), Rafael Rebolo, asegura que el el TMT (Telescopio de Treinta Metros) al que aspira La Palma es “una oportunidad para que las nuevas generaciones palmeras puedan acceder a puestos de trabajo de tecnología, para que los nuevos emprendedores aprovechen esta iniciativa para crear turismo astronómico y beneficiar a la Isla”. “El IAC va a hacer todo lo posible por convencer a nuestros potenciales socios internacionales de que en La Palma tienen una garantía de éxito” frente a Hawái (primera opción).
Recuerda que “el TMT no es un telescopio más, se trata quizás del más potente que la humanidad puede construir durante en este siglo; estamos hablando de una instalación científica con un valor tecnológico involucrado en su desarrollo que supera con mucho a la mayor instalación científica que haya podido tener España en toda su historia”, subraya. Este megatelescopio está presupuestado en 1.200 millones de euros.
Insiste en que “estamos hablando de la que será la instalación científica de mayor inversión tecnológica que se se haya visto nunca y estará concentrada en un edificio que tiene solo 60 metros; el valor está en el conocimiento que se ha desarrollado en tantos países y tantos institutos de astrofísica para que eso sea real”.
“Que podamos acceder como instituto a la explotación científica de esta instalación sin duda es de un valor extraordinario, pero el acceso no será solo para el IAC sino para toda la comunidad científica española y eso es algo que la comunidad debe reconocer a Canarias, que ofrece la oportunidad científica a todo el país y eso es motivo de orgullo”, destacó.
Rafael Rebolo afirma que “al IAC también le preocupa, además de la cuestión científica, que es de extraordinaria importancia, el impacto socioeconómico de una instalación como esta, y por ello vamos a ayudar en todo lo que esté en nuestra mano para que ese impacto sea el mayor posible en La Palma, en la comarca del norte y, por supuesto, en Puntagorda”, municipio que albergaría el TMT en caso de que finalmente se construya en la Isla.
“Esperamos que se generen durante la construcción del TMT cientos de puestos de trabajo vinculados a esa instalación y durante los 75 años de operación científica, anualmente se crearán, además de ese más de centenar de empleos directos, otros tantos en contratos de servicio”, resaltó. “Es una oportunidad para que las nuevas generaciones de La Palma puedan acceder a puestos de trabajo de tecnología, para que los nuevos emprendedores aprovechen esta iniciativa para crear turismo astronómico y beneficiar a la Isla en esos aspectos”, añadió.
“Sin duda, el impacto a nivel internacional de imagen esperamos que sea muy fuerte y por eso seguimos pensando en que este proyecto es un gran beneficio para La Palma en muchas dimensiones; ojalá que podamos estar en condiciones en el mes de febrero de 2018 de presentar todos los permisos al cuadro de dirección de este proyecto y que finalmente contemplen que realmente La Palma ofrece una oportunidad de éxito”, concluye.