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Ven preocupante la presencia de muflones híbridos en la Isla

En los montes de La Palma, desde hace unos años, vive un rumiante asilvestrado, surgido del cruce de un muflón con una oveja, que supone una nueva amenaza para la flora autóctona, según expertos consultados. Estos biólogos consideran “preocupante” la presencia de los reseñados híbridos en la Isla y, al efecto, plantean la necesidad de proceder, tras el correspondiente estudio, a su inmediata erradicación.

El único informe elaborado hasta la fecha sobre los muflones en La Palma se llevó a cabo en 2010. Fue realizado por los biólogos Aurelio Acebedo Rodríguez, de la empresa Tragsatec, y Félix Medina, de la Unidad Insular de Medio Ambiente del Cabildo. Desde entonces, pese a que se han venido detectando en varios puntos de la abrupta orografía insular, ex profeso, únicamente se ha hecho un control, a cargo de la Unidad Insular de Medio Ambiente, hace tres años, en la Reserva Integral del Pinar de Garafia. En esa actuación se capturaron 16 ejemplares de los repetidos rumiantes hibridados. “Son como ovejas grandes con cuernos”, según la descripción efectuada por una persona que ha tenido la oportunidad de ver a uno de los aludidos herbívoros engendrado por un muflón y una ovina.

En el mencionado informe se indica que “el muflón (Ovis orientalis Gmelin, 1774) está presente en el Archipiélago canario desde que fue introducido, con fines exclusivamente cinegéticos, en el Parque Nacional del Teide, en la isla de Tenerife, en el año 1971 (Rodríguez Luengo & Rodríguez-Piñero 1989, Casinello 2003, Nogales et al. 2006)”.

El muflón, aseveran los nombrados biólogos en el referido trabajo , “ha supuesto desde su introducción, y sigue constituyendo en la actualidad, un grave problema para la supervivencia de una gran cantidad de especies vegetales endémicas y amenazadas de Tenerife, tal y como lo han puesto de manifiesto distintos estudios científicos que se han realizado al respecto (Rodríguez-Luengo & Rodríguez-Piñero 1989, 1990, Rodríguez-Piñero & Rodríguez-Luengo 1993)”.

La presencia de tal herbívoro en La Palma, subrayan, representa “una nueva amenaza para la flora autóctona, que ya sufre una elevada presión por parte de otras especies introducidas como el arruí, la cabra, la oveja, el conejo y las ratas, todas ellas consideradas como invasoras en Canarias”.

La detección temprana de especies invasoras en las Islas, apuntan, “es de gran importancia a la hora de evitar la proliferación de sus poblaciones y daños irreversibles en la riqueza florística del Archipiélago”.

En el estudio, Aurelio Acebedo y Félix Medina aportan los primeros datos acerca de la presencia de muflones asilvestrados en La Palma. Detallan que estos animales fueron “detectados por primera vez, en el año 2004, en una pequeña explotación ganadera en la localidad de Tijarafe”. Se observaron, añaden. “varios individuos de ovejas y un ejemplar juvenil de muflón, procedente de Tenerife”. Posteriormente, en el año 2008, se descubrieron “doce ejemplares en una granja del término municipal de El Paso (un macho y tres hembras adultas y ocho individuos jóvenes) . Además, abundan, ”se encontraban junto a ellos una hembra de oveja doméstica, la cual ya se había apareado con el macho de muflón, según nos comentó el propietario de la granja“, alegan.

En julio de 2009, se detectaron “tres híbridos de muflón y oveja asilvestrados en la Reserva Natural Integral del Pinar de Garafía, un espacio natural protegido localizado al norte de la Isla”. Según datos aportados por el Parque Nacional de La Caldera de Taburiente, prosiguen, “el 27 de julio del 2010 se abatieron cinco individuos (un muflón y cuatro híbridos) y un mes más tarde, lo fueron dos híbridos y una oveja”. En septiembre del 2010, se observaron “en la Reserva del Pinar de Garafía, en el límite del pinar con el matorral de cumbre, un mínimo de 15 individuos entre ejemplares puros e híbridos”.

A raíz de estas primeras observaciones, apuntan, “se prestó especial atención ante la posibilidad de que existiesen muflones en otros lugares donde se mantuvieran ejemplares estabulados o asilvestrados” y, a lo largo del año 2010, “se detectaron cuatro nuevas localidades donde se mantenían ejemplares tanto estabulados como en condiciones de semilibertad (libres en lugares más o menos inaccesibles que limitan sus movimientos)”. En el barrio de Mirca de Santa Cruz de La Palma, continúan, “fue observado un ejemplar en una granja de cabras”. Asimismo, “en la zona conocida por La Fajanita de Don Pedro (Garafía)”, se constató “un grupo de híbridos de muflón compuesto por una docena de individuos”. En Puntallana, agregan, “un particular sacrificó, en agosto del 2010, una pareja de muflones, procedentes también de Tenerife”. Por último, “de nuevo en la localidad de Tijarafe, se localizó una explotación ganadera con varios híbridos y muflones adultos”.

Consideran que “el aprovechamiento de este recurso como alimento y, en ocasiones, su liberación para ser utilizado como trofeos de caza, no justifica el mantener estos ejemplares en condiciones de cautividad o de semilibertad”.

En el informe exponen que, “ante la preocupante situación que supone la presencia de ejemplares de muflón, o de sus híbridos, que una vez asilvestrados han mostrado ser muy perjudiciales para la conservación de la flora nativa, se estima conveniente” llevar a cabo una serie de “medidas de conservación que puedan evitar esa problemática”.

Al efecto, en primer lugar, plantean “erradicar de forma inmediata los ejemplares de muflón (y sus híbridos) que se encuentran asilvestrados en el medio natural”. También proponen “disponer de estimas fiables de abundancia y estructura de la población para poder determinar la magnitud de los recursos necesarios para la erradicación de la especie y justificar los costes asociados”, así como “poner en conocimiento de los agentes de la autoridad la presencia de muflones e híbridos en explotaciones ganaderas o núcleos zoológicos en la Isla sin que, aparentemente, cuenten con autorización administrativa para su tenencia”.

Creen igualmente preciso “investigar y realizar un seguimiento de las explotaciones ganaderas o núcleos zoológicos con el fin de poder controlar el número, sex-ratio, nacimientos y muertes de los ejemplares de esta especies y sus híbridos mantenidos en cautividad”. Finalmente abogan por “instar a las administraciones competentes a tomar las medidas legales oportunas para resolver la situación de amenaza que supone la presencia de estos herbívoros introducidos para la conservación de la flora y vegetación nativa”.