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LA HERENCIA EMOCIONAL

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Es más, las emociones y los valores de los padres se transmiten a los hijos. Luego son los vástagos los que deciden cómo actuar, pero muchas veces esta herencia -y acondicionamiento mental- está tan arraigada que es extremadamente difícil deshacerse de ella, sobre todo cuando uno no es consciente de que está presente en primer lugar.

En el magnífico libro de Ramón Riera La herencia emocional, a través de varias historias vislumbramos que, como todo, las emociones y los valores han evolucionado con el ser humano y sus circunstancias y que, como los genes, siguen presentes en nuestra configuración mental.

¿A que les sabe mejor comer en compañía que de forma solitaria? ¿Y no es cierto que valoramos positivamente a quien ayuda y colabora, y peor al que muestra actitudes egocéntricas? Según Ramón Riera esto se debe a que, en los orígenes, la especie humana descubrió que, para sobrevivir, debía recolectar y distribuir la comida entre todos los miembros, comiendo juntos. Es más, aquéllos que no lo hacían terminaban pereciendo. Resulta curioso que hoy, en la sociedad del bienestar, aún tengamos trazas de los valores de los primeros pobladores, ¿no les parece?

Después, con la necesidad de almacenar comida, el establecimiento de la sociedad jerárquicas -en la que muchos trabajan de sol a sol para el beneficio de unos pocos- los valores y las emociones volvieron a cambiar. Ahora prima el sometimiento, la figura autoritaria -ya sea padre de familia, jefe de estado o eclesiástico- y los sentimientos personales se ven mutilados y hasta algo tabú.

Ha de llegar la sociedad del bienestar para dar rienda suelta al “yo siento”. Es más, tal y como apunta el propio autor, su libro no habría visto la luz en otro momento histórico, pues no habría necesidad ni espacio para su obra.

Ramón Riera nos otorga la posibilidad de conocernos mejor y analizar nuestros propios valores y emociones, proporcionándonos una serie de historias cotidianas, diarias, aunque no por ello monótonas, que con el ojo clínico de Riera nos permite entender qué ocurre realmente en la mente de sus protagonistas.

Una lectura amena y apasionante por la evolución de las emociones y los valores que, a la postre, es un viaje esclarecedor por tu propia mente. Una vez leído entenderás por qué te comportas así y, mejor aún, sientes lo que sientes, el primer paso para cambiar aquello que sobra en tu vida. Imprescindible.

Agradezco a los responsables de prensa de Planeta Editorial las facilidades dadas para escribir esta reseña.

LA HERENCIA EMOCIONAL

Es más, las emociones y los valores de los padres se transmiten a los hijos. Luego son los vástagos los que deciden cómo actuar, pero muchas veces esta herencia -y acondicionamiento mental- está tan arraigada que es extremadamente difícil deshacerse de ella, sobre todo cuando uno no es consciente de que está presente en primer lugar.

En el magnífico libro de Ramón Riera La herencia emocional, a través de varias historias vislumbramos que, como todo, las emociones y los valores han evolucionado con el ser humano y sus circunstancias y que, como los genes, siguen presentes en nuestra configuración mental.