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Las ''condiciones indignas'' del campamento de Las Raíces empujan a un grupo de migrantes a otra huelga de hambre

Las ''condiciones indignas'' del campamento de acogida de migrantes de Las Raíces han llevado a un grupo de personas a organizar una nueva huelga de hambre. Según la Asamblea de Apoyo a Migrantes de Tenerife, el frío, la comida en mal estado y el ''trato racista'' por parte de algunos trabajadores de la ONG que gestiona el centro, Accem, son las razones que han llevado a los usuarios a protestar.

Esta protesta, que comenzó el pasado 7 de julio, no es la primera que tiene lugar en el mayor campamento de acogida instalado en Canarias. El 13 de marzo de 2021, las personas acogidas en este mismo recurso situado en La Laguna protagonizaron otra huelga de hambre. Entonces, el centro albergaba más de 1.000 migrantes y los usuarios tenían que hacer una cola de tres horas para poder comer.

''Empiezas la fila a las seis y a las nueve aún no has comido'', contó a esta redacción Mohammed, un joven maliense que llegó en cayuco al puerto de Arguineguín en 2020. Ahmed, un hombre de Marruecos, también aseguró en ese momento que en Las Raíces recibían ''comida para animales''.

Dos días más tarde, Accem reconoció que la cantidad de comida que ofrecía el servicio de catering era escasa y que la calidad no era buena. ''Es necesario hacer algo'', apuntaron desde la ONG, que también aseguró que la gestión de los turnos tampoco era adecuada por su ''lentitud''. La Asamblea de Apoyo a Migrantes de Tenerife llegó a denunciar la presencia de gorgojos y de olor a rancio en la comida.

La empresa Serunion, encargada del catering, negó que se hubiera ofrecido comida en malas condiciones en Las Raíces y defendió en declaraciones a este periódico que sus alimentos cumplían con todas las garantías sanitarias. Sin embargo, las críticas a la comida del campamento forzaron a la compañía a mejorar y a adaptar su menú.

Este macrocentro es uno de los seis recursos de emergencia que se instalaron en el Archipiélago en 2021 para paliar la crisis de acogida de migrantes que vivieron las Islas en 2020. Desde que Las Raíces abrió en un antiguo acuartelamiento militar de La Laguna en febrero del año pasado, no han cesado las críticas a su gestión. La primera queja tuvo lugar el mismo día de la inauguración. Los usuarios se negaron a bajarse de las guaguas porque la lluvia había llenado de barro todo el suelo.

Durante las semanas siguientes, la falta de agua caliente suficiente en las duchas o la inundación de las carpas en las que dormían y convivían hasta doce personas dieron lugar a numerosas protestas y conflictos dentro del establecimiento.

Las carencias del recurso coincidieron en ese momento con la orden del Ministerio del Interior de bloquear en el Archipiélago a las personas llegados desde el continente africano en pateras y cayucos. Aprovechando los controles sanitarios en los aeropuertos por la crisis de coronavirus, las autoridades detuvieron a decenas de migrantes que intentaban llegar a la Península.

Algunos trabajadores del campamento han explicado en varias ocasiones que la crispación en el recurso incidió de forma negativa en la salud mental de los usuarios. ''Hemos observado cómo muchos de ellos se autolesionan con el fin de relajarse y no exteriorizar su frustración con otras personas''.