Dar a luz dentro de una zódiac en la ruta migratoria más mortal: ''Podría haber sido una de las que no llegan''

La neumática en la que nació un bebe rumbo a Lanzarote el pasado 6 de enero

Natalia G. Vargas

Arrecife —

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Dentro de la neumática, todos miran al bebé. En la ruta migratoria más mortal del mundo, la vida se abría paso con el nacimiento de un niño. Su madre, tumbada en uno de los lados de la zódiac, acaba de dar a luz en medio del Atlántico, dentro de una lancha de plástico sobreocupada y con más de 60 personas a su alrededor.

La embarcación fue avistada cerca de Lanzarote la madrugada del 6 de enero. Unas horas después, la Guardamar Talía llegó a ella para rescatar con vida a todos sus ocupantes. Salvamento Marítimo cerraba así una Navidad frenética en la ruta hacia Canarias. La mujer y el bebé fueron evacuados por un helicóptero de Salvamento y, según han informado fuentes del Servicio Canario de Salud (SCS), los dos están en buen estado de salud. 

Una fotografía tomada por un marinero de Salvamento Marítimo ha dado la vuelta al país en las últimas horas. En ella puede verse al bebé, nacido pocos minutos antes, con el cuerpo desnudo y acostado junto a su madre. Alrededor, un grupo de hombres y mujeres tratan de asistir a la familia.

Aunque toda la atención se centra en el niño, otros detalles de la imagen recuerdan que el parto se produjo en una peligrosa travesía que en 2024 se cobró la vida de más de 9.757 personas. 64 personas viajan en una zódiac gris, sin espacio entre ellas, abrigadas con chaquetas y gorros de lana y, algunas de ellas, con una pierna por fuera de la lancha.

La falta de vías seguras de migración empuja a las mujeres a dar a luz en condiciones que pueden tener grandes impactos físicos y mentales para ellas. El entorno en el que se produce un parto es clave. “Dónde nos encontramos, de qué personas nos rodeamos, o algo tan sencillo como la luz y el ruido puede tener una relación directa. Un nacimiento en una patera es todo lo contrario a estas condiciones óptimas que deberían estar presentes”, indica Víctor Romero, matrona de Atención Primaria. 

''Un parto es un proceso fisiológico, pero esto no quita que tenga una serie de riesgos asociados para la madre y el recién nacido'', explica la ginecóloga y miembro de la junta directiva de Médicos del Mundo en Canarias Beatriz Villegas. Las mujeres migrantes que dan a luz en estas condiciones tienen ''todos los riesgos que tiene cualquier madre añadidos a la falta de atención sanitaria en ese momento''. ''Aunque quizás haya alguien con práctica en atender partos, en una patera no van a tener capacidad por ejemplo para atender una hemorragia o cualquier complicación obstétrica más. No es la situación ideal y hay más riesgos de sufrir una infección'', añaded la especialista.

El control sanitario del embarazo durante el proceso migratorio también suele ser deficiente, impidiendo que las madres sepan en qué estado está el bebé antes del parto o si en el momento de nacer era un niño a término o prematuro. En esta línea, Víctor Romero apunta a la importancia de tener en cuenta también el contexto en el que se dan los embarazos. “No quiere decir que este sea el caso, pero en muchos casos los embarazos se producen a raíz de la violencia sexual que sufren las mujeres en el camino”, indica.

El informe Alzando voces. Análisis de discursos y resistencias de las mujeres migrantes subsaharianas en Marruecos, elaborado por Alianza por la Solidaridad, desvela todos los tipos de violencias que las mujeres migrantes sufren en el camino, como agresiones sexuales, violencia psicológica, física, secuestros o sobornos. Una superviviente contó a las investigadoras durante el estudio que ''muchas chicas son violadas en el desierto'' entre Argelia y Marruecos. ''Lo vemos, pero en medio de aquella realidad no podemos hacer nada, estamos obligadas a soportarlo“, dijo la mujer entrevistada a las investigadoras.

En la fotografía puede verse también cómo la mujer dio a luz rodeada de hombres. ''Un parto en condiciones ideales es un proceso privado, en el que la madre está acompañada por quienes ella quiere. Todos sabemos que la ruta sur es una de las más peligrosas del mundo. Muere constantemente gente intentando culminar esta ruta'', recuerda Villegas.

''Es una mujer que no ha tenido la posibilidad de decidir el entorno en el que está pariendo. Es cierto que en este caso el bebé ha tenido suerte de nacer en una de esas lanchas que son rescatadas, pero podría haber sido una de las que no llegan'', añade.

La clave de una buena acogida

Atravesar esta travesía letal tiene consecuencias para la salud mental de los supervivientes. A lo largo del viaje por tierra y por mar, los migrantes se ven obligados a sortear múltiples problemas y peligros. En el caso de las mujeres y las niñas se suman las diferentes violencias específicas que sufren. Cuando tocan tierra firme, muchas de ellas desarrollan estrés postraumático.

Para la sanitaria de Médicos del Mundo, es clave que las personas reciban una acogida adecuada después de cruzar el Atlántico para evitar que enfermen aún más. El informe Frontera sur de esta ONG advierte que las condiciones de acogida afectan gravemente a la salud de los supervivientes. La falta de alimentación e higiene, así como la falta de información y la insuficiente atención sanitaria en los macrocentros de acogida han hecho que muchas personas abandonen los recursos y vivan en la calle, ''donde su vulnerabilidad se multiplica'', recoge la investigación.

Más de 200 personas rescatadas en un día

Más de 500 personas han llegado a Lanzarote en los primeros días del año. En las últimas 24 horas han sido rescatadas 250 personas en cuatro lanchas neumáticas. La falta de espacio suficiente en los recursos de primera acogida ha empujado a 120 de ellas a pasar la noche en una carpa instalada en el muelle de Arrecife. Entre ellas hay once menores sin referentes familiares, cuatro niños y once mujeres, una de ellas embarazada. 

Las embarcaciones utilizadas por las personas que salen de Marruecos y el Sáhara hacia Lanzarote y Fuerteventura son neumáticas. Este tipo de embarcaciones de plástico comenzaron a ser más frecuentes en el Atlántico a partir de 2021. Se trata de ''infraembarcaciones'' que significan ''un alto riesgo para la vida'', señala un informe de Caminando Fronteras publicado en 2023. Su flotabilidad es limitada y son mucho más endebles en el océano que en el mar Mediterráneo. Además, tal y como se observa en la fotografía del parto, suelen viajar sobreocupadas.

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