Lanzarote es un lugar clave para las personas que emprenden la ruta migratoria canaria. Para quienes parten de puntos como Sidi Ifni, en Marruecos, la denominada isla de los volcanes es el primer pedazo de tierra firme que encuentran al otro lado del mar. El territorio más oriental de Canarias ha recibido en siete meses 1.029 migrantes, 116 más que durante todo el año anterior. Es la tercera isla, por detrás de las capitalinas, Gran Canaria y Tenerife, donde se han producido más llegadas en 2021. Un puesto que Lanzarote combina con otro peligroso récord: hay menos rescates porque es donde más embarcaciones llegan a costa por sí mismas. En junio, fueron los gritos de los náufragos los que alertaron a los vecinos de Órzola de que el pueblo sería de nuevo escenario de una tragedia. Una lancha neumática con 45 personas a bordo se hundió en la orilla del norte de Lanzarote, cobrándose la vida de cuatro personas, entre ellas un menor. Siete meses antes, la misma travesía dejó ocho muertos más.
Fuentes del Ejecutivo autonómico han explicado que los cadáveres que son recuperados no son trasladados al Instituto de Medicina Legal de Las Palmas, ya que Lanzarote cuenta con su propia “cámara de catástrofes”. El asesor en materia de inmigración de la Vicepresidencia del Gobierno de Canarias, Txema Santana, apunta que esta ruta está menos feminizada que las de Gran Canaria, Fuerteventura y Tenerife. El 8 de julio habían arribado a Lanzarote 97 mujeres. Tras las últimas llegadas, la cifra asciende a 102. Asimismo, según fuentes de la Consejería de Derechos Sociales, la isla acoge a unos 150 menores extranjeros no acompañados en recursos del Cabildo insular. Un 5% del total de niños y niñas solos que permanecen en todo el Archipiélago (2.534).
La actividad de esta vía no cesa. El pasado lunes, medio centenar de personas sobrevivió a la ruta y alcanzó la isla por sus propios medios. Primero, una patera de madera arribó al muelle de Famara a media tarde, con 24 hombres y cuatro mujeres a bordo. Todos, en aparente buen estado de salud, afirmaron haber salido de la costa de Marruecos hacía cinco días. Esa misma noche, otra barcaza llegó a la costa de Arrieta con quince migrantes a bordo. Según informó Efe, fueron atendidos en la gasolinera más cercana por un equipo de sanitarios, ya que presentaban heridas y cortes en los pies al haber desembarcado a oscuras en una zona de rocas.
Diferentes partidos políticos han criticado que el SIVE (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior) del norte de la isla no funciona y han exigido que se repare. Algunas formaciones como Coalición Canaria o el Partido Popular han utilizado esto durante la crisis de acogida de 2020 para vincular la llegada de personas migrantes con la propagación de la COVID-19. Un discurso que combatió el consejero de Seguridad del Ejecutivo autonómico, Julio Pérez: “No hay nadie en Canarias que haya sido contagiado por un migrante que llegue en patera. Tampoco hay ningún inmigrante positivo en la enfermedad escondiéndose de la Policía en una cueva o en una carretera”. Por su parte, la Comandancia de la Guardia Civil de la provincia de Las Palmas ha declinado ofrecer información sobre el estado y la operatividad de los SIVE, por seguridad en la lucha contra el narcotráfico y otras tramas delictivas.
Sin espacios estables
En el último año, diferentes espacios han sido habilitados sobre la marcha como lugares para la primera asistencia de los migrantes. En estos centros, la Policía Nacional se encarga de realizar la filiación en un margen temporal de 72 horas posteriores a la llegada de la embarcación. Entre ellos, el Aula de Naturaleza de Máguez, unas naves industriales en Playa Honda y San Bartolomé y el pabellón de la Ciudad Deportiva de Arrecife. Este último establecimiento también ha sido utilizado durante la pandemia como albergue para personas en situación de calle, por lo que no siempre ha estado operativo.
Tras las dificultades para que el polideportivo pudiera volver a ser de uso común, el Gobierno de España ha mostrado su intención de tener otro espacio alternativo para la reseña policial, según han explicado fuentes del Gobierno canario. El Ministerio del Interior ha confirmado a esta redacción que prevé instalar un CATE (Centro de Atención Temporal a Extranjeros) en Lanzarote. “En estos momentos, se están realizando gestiones para buscar las ubicaciones más idóneas”, apuntan desde el depatamento de Fernando Grande-Marlaska.
En cuanto al sistema de acogida, fuentes del Ministerio de Migraciones han explicado que el departamento del ministro José Luis Escrivá cuenta en Lanzarote con un recurso para personas vulnerables. Cuando este centro está al completo, los migrantes son derivados a otros espacios en el Archipiélago después de pasar la cuarentena en un centro de gestión compartida con la Consejería de Sanidad de la comunidad autónoma. Así lo ha confirmado también Cruz Roja, que señala que la ONG gestiona un centro de gestión compartida y un recurso de emergencias. En algunos casos, después del confinamiento de quince días, son trasladados al campamento más próximo, el de El Matorral, en Fuerteventura.