Paralelo 35º50’, la frontera invisible entre la península y Marruecos que empujó el flujo migratorio hacia Canarias

“Salvamar Spica de Almería, ¿me recibe? Manteneos al margen” (…) “Clara Campoamor, Salvamento Marítimo, de Almería, ¿me recibe? Como recuerdo, no bajar del paralelo 35º 50’ (…) ”Lo que ocurre es que cuando los tienen en visual, quieren embarcar con nuestros barcos y se tiran al agua, lo cual es más peligroso y dificulta que Marruecos los coja“. Son solo algunos de los audios que revela el documental Paralelo 35º 50’, cuyo título hace referencia a las coordenadas establecidas como frontera entre el sur de la península española y el norte de Marruecos, con el objetivo de reducir el flujo migratorio entre 2018 y 2019. La línea disminuía el área de rescate de Salvamento Marítimo y sirvió como tapón para las llegadas. Más de 64.000 lograron alcanzar las costas españolas en 2018 y, al año siguiente, fueron menos de la mitad, cuando comenzó a aumentar el tránsito en la ruta hacia Canarias.

Este jueves, a las 19.30, el documental se proyecta en el Cabildo de Gran Canaria en el marco del Día Internacional de las Personas Refugiadas. El periodista Nicolás Castellano presentará a sus creadores, los periodistas Lucía Muñoz y Sergio Rodrigo, quienes a través de la productora malagueña Entrefronteras, llevan más de 10 años cubriendo las migraciones al sur de la península española. La pieza audiovisual, que llevó más de dos años de investigación, se estrenó en 2021 gracias a la colaboración de 190 mecenas. En noviembre de ese año, recibía el premio Desalambre al mejor trabajo multimedia y ha sido nominado en el XIII Festival Internacional de Cine y Derechos Humanos de Valencia.

Hasta 2018, los periodistas que informaban sobre el fenómeno migratorio al sur de la península española podían contar con Salvamento Marítimo, que publicaba en sus redes sociales sus rescates y también facilitaba entrevistas con capitanes a pie de puerto tras un operativo. “Había una buena relación”, recuerda Rodrigo, pero a finales de ese año “se impuso el silencio”. Entonces, comenzaron a investigar para entender por qué se dificultaba la labor periodística. “Habíamos escuchado algo de las coordenadas, pero no lo habíamos visto hasta que nos llegaron los primeros audios en el verano de 2019”. Al poco tiempo sumaron unas “8.000 horas” de audios. 

En el verano de 2018, el Gobierno de España decidió crear un Mando Único para coordinar los rescates en el Estrecho y en el mar de Alborán, bajo la dirección de Ignacio López, general de la Guardia Civil, y nombrar como nuevo director de Salvamento Marítimo a Ignacio López, en ese entonces secretario ejecutivo de Movimientos Sociales del PSOE. “Se cambia la política migratoria y en 2019 se plantea el objetivo de bajar a la mitad la llegada de personas migrantes. ¿Cómo? A través del paralelo 35º 50”, señala Rodrigo, es decir, España y Marruecos pactaron una frontera de una coordenada que separaba la zona de rescate de uno y otro país. “Una milla determinaba si te podían o no rescatar”, añade.

Para confirmar la veracidad de los audios, Rodrigo y Muñoz llevaron a cabo un trabajo de investigación con entrevistas a trabajadores de Salvamento Marítimo, que por primera vez hablan en un documental, personas migrantes y también, a fuentes oficiales. Ha sido este último punto el de mayor dificultad a la hora de desarrollar el proyecto. Intentaron contar con la participación del ministro de Fomento, el ministro del Interior, el director de Salvamento Marítimo o el coronel de la Guardia Civil que coordina el Mando Único. “A toda esa gente se la invitó, se insistió; estuvimos meses y meses esperando y tenemos los correos de ellos diciéndonos no iban a participar, los que no contestaron, porque no todos nos respondieron”.  

Al final pudieron contar con entrevistas al subdelegado del Gobierno de España en Málaga y al director de Salvamento Marítimo en Tarifa. “Nos pusieron a peones, han esquivado su participación en el documental”, dice Rodrigo. En cualquier caso, la historia que conduce el largometraje es el testimonio del excapitán de la Guardamar Polimnia Miguel Parcha. “En un año rescató más de 15.000 vidas. Tenía que hacer su trabajo y lo hacía bien. Pero se le relegó el cargo. Pasó de capitán a suboficial. Y separaron a toda la tripulación que tenía para evitar el compañerismo que hacía que se trabajase mejor”.

Los sindicatos de Salvamento Marítimo también denunciaron que los trabajadores pasaban mucho tiempo en el mar y, en ocasiones, ni siquiera llevaban a cabo los recates porque interfería la Guardia Civil o la Gendarmería Marroquí. “Generó un clima de frustración; imagínate a gente que se dedique a salvar vidas, que está a una milla de la embarcación y no poder rescatarla porque no está en el paralelo 35º 50’, sino que está en el paralelo 35º 49’. Eso generó mucho estrés y parte de las tripulaciones se dieron de baja”.

En el documental también se demuestra la existencia del paralelo 35º 50’ con los testimonios de personas migrantes, como Mamadou Simón Bamba, que fue devuelto a Marruecos en dos ocasiones, la primera por la gendarmería marroquí y la segunda por la Guardia Civil. “A la tercer lo consiguió”, cuenta Rodrigo. “El documental trata de romper ese silencio y ponerle voz y sonido a esa línea imaginaria”, añade.

Reactivación de la ruta hacia Canarias

Desde agosto de 2019, la ruta migratoria hacia Canarias, la más peligrosa del mundo, comenzó a registrar un aumento que contrastaba con el descenso de las cifras en el Estrecho de Gibraltar y el Mar de Alboran. Para Rodrigo, la relación es clara: “Se cerró una frontera y las dificultades para poder atravesarla, hizo que se reabriese o reactivase la ruta canaria. Muchos de esos chicos, sobre todo subsaharianos, que tenían el objetivo de cruzar el Estrecho o el Mar de Alborán, tuvieron que bajar al sur de Marruecos o al Sáhara Occidental para poder salir a España”.

De hecho, la última parte del documental es en Canarias, donde se reflejaron las consecuencias de aplicar “un tapón al norte de Marruecos” y que el flujo bajase hacia el sur, “hacia otra vía de escape, mucho más peligrosa”. Además, añade Rodrigo, la gestión de la realidad migratoria en las Islas evidenció una crisis institucional en su gestión, como puso de relieve las imágenes de miles de personas hacinadas en el muelle de Arguineguín, el llamado campamento de la vergüenza. “No sé por qué pilló de sorpresa a las autoridades cuando evidentemente, si cierras una puerta se abre otra. No hay que ser un experto en migraciones para saber que iba a ocurrir”, remarca.