Puerto Naos, el corazón de las llegadas de pateras a Lanzarote que ha visto sobrevivir a más de 2.000 personas

Natalia G. Vargas

Puerto Naos —
5 de noviembre de 2024 13:58 h

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Tres sonidos han roto el silencio del muelle de Arrecife este martes. El rugido de las naves de Salvamento entrando al puerto, la sirena de una ambulancia, y el llanto de un bebé. Puerto Naos se ha convertido en los últimos días, junto a La Restinga (en El Hierro), en el corazón de las llegadas de migrantes a través de la ruta canaria. Más de 2.000 personas han llegado a Lanzarote en las últimas horas. El domingo, también pudo ser salvado del mar el cadáver de una mujer. A las 10.05 horas desembarcaron en la capital de la isla 225 personas rescatadas de cuatro embarcaciones diferentes, con 62, 50, 55 y 55 migrantes cada una. Mientras tanto, la Policía Nacional metía en guaguas rumbo al CATE (Centro de Atención Temporal de Extranjeros) a decenas de supervivientes rescatados en las últimas horas. 

Turistas y residentes contemplan la escena. Las familias desembarcan primero, los jóvenes y los hombres adultos, después. Un grupo de jóvenes baja con paso débil de la Guardamar Calíope, después de atravesar la ruta más letal de acceso a Europa. El sol golpea cada vez con más fuerza. Agentes de Frontex (la guardia europea de fronteras) y de la Policía Nacional los colocan en filas para después proceder a su filiación y a la recopilación de datos personales y sobre la travesía. Mientras tanto, sanitarias y voluntariado de Cruz Roja trasladaban en una camilla hasta la ambulancia a una mujer en estado grave.

Los supervivientes se suman a las 611 personas rescatadas este lunes en once barcazas. Detrás de unas barras de cemento, el punto más cercano desde el que la prensa puede trabajar, puede verse a algunos jóvenes lavándose la cara y las manos con una garrafa de agua y una manguera. Justo entonces, una vecina de la localidad repara en el conjunto de personas cubiertas con mantas rojas colocadas en filas en Puerto Naos. “¿Acaban de llegar?”, pregunta. Aunque Lanzarote lleva recibiendo pateras desde hace décadas, no había visto nunca antes un desembarco en primera persona. “Es la primera vez que lo veo y me he quedado fatal. Imagina todo lo que han tenido que pasar solo por encontrar un mundo mejor”, reflexiona en voz alta.

Horas antes, visitaron el muelle la subdelegada del Gobierno en Las Palmas, Teresa Mayans, junto al presidente del Cabildo insular, Oswaldo Betancort, para analizar la situación de los recursos de asistencia y de los equipos que trabajan en la atención a las personas migrantes que llegan por vía marítima.

Después de la primera atención a pie de muelle, los migrantes son desplazados al CATE de Arrecife, con capacidad para unas 300 personas y que se ha visto sobrepasado en las últimas horas. En esta línea, según ha podido comprobar este periódico, ha comenzado a funcionar una carpa de emergencia instalada por el Gobierno de Canarias en el muelle, que cuenta con varias literas en su interior. Esta gran nave fue instalada en julio, pero no había sido utilizada hasta ahora. Entonces, desde la Dirección General de Protección a la Infancia confirmaron que en este espacio se pretendía atender a los niños y adolescentes no acompañados hasta encontrar otra alternativa.

Rescates en El Hierro

En el otro extremo del Archipiélago, Salvamento Marítimo rescató de noche un cayuco a la deriva a 320 kilómetros al sur de El Hierro. Según ha informado Efe, la embarcación fue avistada por el buque británico Voe Vanguard, que se quedó junto a la embarcación hasta la llegada de la Guardamar Talía. Entre las 150 personas que viajaban en ella había un fallecido y una persona muy débil.

Este lunes, también fue enterrado en el cementerio de Valverde un migrante que murió en el hospital herreño después de llegar en estado grave a La Restinga. Como siempre, los vecinos y voluntarios de la isla no dejaron solo en su despedida a “218 P 101”, código que figura en la lápida del hombre al no haber podido ser identificado. En la costa, otros trabajadores lanzaron flores al agua, en homenaje a las 48 personas que también murieron este fin de semana en la ruta pero cuyos cuerpos fueron arrojados al agua.