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Salvamento Marítimo desmonta el bulo de los barcos nodriza con inmigrantes hacia Canarias: “Hemos hecho búsquedas a 200 millas y nunca vimos uno”

Efe

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Con cientos de rescates a sus espaldas solo en el último año, trece barcos, dos helicópteros y un avión operando a diario, Salvamento Marítimo puede aportar algo de luz a un debate que revive en Canarias cada vez que se produce un aluvión de llegadas como el que ha traído a las islas a 13.000 inmigrantes en octubre y noviembre: ¿Vienen en barcos nodriza?

“Hacemos búsquedas a larga distancia y nunca hemos visto barcos nodriza”, dice en una entrevista con Efe el jefe del Centro de Coordinación de Salvamento de Las Palmas, Roberto Bastarreche. Es más, remarca, lo que se suelen encontrarse las salvamares y guardamares cada vez que salen tan lejos son pateras navegando, desde su punto de origen, “a 200, a 150, a 100 millas...” Es decir, a distancias como la que media de Madrid a Gijón: 380 kilómetros.

Bastarreche es un veterano de Salvamento Marítimo en Canarias, vivió la crisis de los cayucos de 2006, que sigue manteniendo el récord anual de llegadas a las islas, con casi 32.000 personas, y fue testigo, antes, de la llegada masiva de pateras a Fuerteventura.

Y en sus manos -y las de su homóloga en Santa Cruz de Tenerife, Dolores Septién- está la coordinación operativa de los 132 marineros de Salvamento directamente involucrados en los rescates (los tripulantes de 10 salvamares y tres guardamares), a los que se suma el personal de dos helicóperos, un avión y las salas de control.

A ellos les deben la vida buena parte de las 20.000 personas que han llegado a Canarias en patera en lo que va de año, socorridas en rescates que a veces han resultado dramáticos.

P.- ¿Qué visión tienen de lo ocurrido estos dos meses desde las salas de Salvamento?

R.- Ha habido un incremento muy notable de las llegadas, sobre todo de magrebíes, en embarcaciones tipo patera y procedentes en su mayoría de la zona de Dajla; sobre todo, en el sur de Gran Canaria.

P.- ¿Recuerda algo parecido al fin de semana del 7 y 8 de noviembre, cuando llegaron casi 2.188 personas en 48 horas?

R.- Con tanta afluencia de embarcaciones, no. Nunca se había visto esta llegada masiva de embarcaciones al sur de Gran Canaria ni a ninguna otra costa. Ha sido un incremento exponencial, que ha afectado a los recursos de tierra y también a nosotros. Conseguimos atender todos los rescates, pero fue bastante estresante.

P.- Piense en la crisis de los cayucos de 2006, que usted vivió. En lo que atañe a Salvamento, ¿qué paralelismos y diferencias principales observan?

R.- El fenómeno migratorio, una vez establecido, siempre genera una llegada de personas bastante notable. Esa es la similitud. La diferencia está en el tipo de embarcación, en 2006 eran sobre todo cayucos de tipo senegalés o mauritano, con un número elevado de personas a bordo, cerca de cien, y esta vez hay más inmigrantes magrebíes en barcas de tipo patera, con 20 a 30 personas cada una.

P.- ¿Cómo es un rescate desde la cubierta de una Salvamar? Supongo que resulta siempre una operación de enorme tensión.

R.- En el caso de las pateras y los cayucos, se intenta auxiliar siempre a las personas que van en ellas tanto por la precariedad de las embarcaciones como porque vienen sobrecargadas. Siempre se considera una emergencia marítima.

El rescate es un momento crítico, hay que transbordar a personas desde una embarcaciones sin condiciones de seguridad a la Salvamar o la Guardamar. Es un abarloamiento (una maniobra en el que una embarcación se pega al costado de la otra), pero dependiendo del estado de la mar la situación puede ser bastante complicada. También influye cómo se encuentren esas personas y su estado de nerviosismo, que puede provocar momentos críticos, con riesgo de vuelco.

P.- ¿Y si esa operación se repite cinco veces en la misma Salvamar en unas pocas horas?

R.- Pues aumenta el cansancio de la tripulación. En general, las tripulaciones de Salvamento están bastante bien entrenadas y son capaces de hacer muchos rescates, pero cuantos más hagan, más mella hace el cansancio. Por suerte, todos los rescates han terminado con éxito, no hemos tenido ningún percance. En eso estamos satisfechos, porque el riesgo existe y hay que estar siempre alerta.

P.- ¿Recuerda alguno en particular por su complejidad o por las condiciones que traían las personas que iban a bordo de la patera?

R.- El rescate más dramático se produce cuando el estado de la mar es malo. Entonces, la maniobra se vuelve muy compleja. Ha habido casos en los que algún inmigrante ha caído al agua y ha tenido que ser rescatado. Si el estado de la mar acompaña, la maniobra es más llevadera. Pero cuando la mar está mal, la situación es tremenda.

P.- Hay rescates que sorprenden por sus cifras, como salir al encuentro de un cayuco a 500 kilómetros de distancia. ¿Qué activa una operación de esa envergadura?

R.- La zona SAR (de responsabilidad internacional en búsqueda y rescate) de Canarias se extiende por un millón de kilómetros cuadrados (dos veces la superficie de España). A toda emergencia marítima que esté dentro de esa zona, hay que darle solución, movilizando el medio más adecuado, que muchas veces es una Guardamar, con autonomía suficiente para llegar a esa zona. Siempre enviamos un medio de ayuda, aunque tarde 10, 12 o 24 horas.

P.- En estos momentos, tienen 13 barcos de rescate operando en Canarias, ¿existe algún despliegue similar en esta zona del mundo?

R.- Hemos reforzado el servicio con dos guardamares y una cuarta tripulación para la Salvamar Menkalinan (la asignada a Arguineguín). En 2018, también se enviaron unidades al estrecho de Gibraltar para intentar dar solución al incremento notable que entonces se veía allí. Cuando hay una necesidad, se intenta proveer de los medios necesarios para cumplir el trabajo.

Lo que hay en otros países, no le puedo decir. Marruecos tiene lo que tiene. Allí suele actuar la Marina Real y en la zona de Mauritania y Senegal hay un despliegue de la Guardia Civil y la Policía Nacional española.

P.- En el Mediterráneo central, la situación ha ido derivando hacia un modelo distinto, de rescates militarizados o en manos de organizaciones altruistas. En España, el 99 % de los rescates los hacen servidores públicos civiles, casi siempre ustedes. ¿Creen que esa circunstancia se valora lo suficiente?

R.- Hacemos nuestro trabajo. Damos un servicio público a la sociedad e intentamos hacerlo lo mejor posible.

P.- De un tiempo a esta parte, las redes están repletas de mensajes como este: “mejor los dejaban en el mar”. ¿Qué respondería a una persona que escribe algo así?

R.- Nuestra misión, nuestra preocupación, es salvar vidas. Nuestra gran carga siempre que sabemos que ha salido una embarcación e ignoramos dónde está es que tenemos gente en el agua.

P.- ¿Ha visto alguna vez directamente o en su pantalla un barco nodriza?

R.- En Salvamento Marítimo no tenemos constancia de barcos nodrizas. De hecho, en todas las búsquedas que hemos realizado, algunas a larga distancia, hemos ido encontrando embarcaciones precarias que vienen navegando desde los puntos de salida a 200 millas, a 150, a 100... y nunca hemos encontrado un barco nodriza.