El PP reiteró este lunes su negativa a participar en convocatorias del grupo Prisa mientras su presidente, Jesús de Polanco, no rectifique sus críticas al partido, ya que “nadie está obligado a acudir a la casa de quien le insulta”, afirmó el secretario general de esta formación, Ángel Acebes.
El boicot del PP a Prisa por las palabras de Polanco, quien manifestó la semana pasada ante la junta de accionistas que era muy difícil ser neutral cuando hay partidos que desean volver a la guerra civil, siguió este lunes generando polémica.
Desde Berlín, el presidente del partido, Mariano Rajoy, aseguró que no tiene intención de “echar leña al fuego”, pero subrayó que sigue sin recibir una explicación por las acusaciones recibidas.
En Madrid, en rueda de prensa tras la reunión del comité de dirección del partido, Acebes estimó que la posición del PP es “muy sencilla”, ya que “nadie está obligado a acudir a la casa de quien le insulta, difama y anuncia una estrategia para perjudicarle”.
La insistencia de los periodistas de El País y de la Ser a la hora de preguntar al secretario general del PP por esta cuestión motivó las críticas en voz alta de los periodistas del semanario Época y de El Confidencial Digital, que decidieron abandonar la rueda de prensa en señal de protesta.
Mientras, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, denunció el “mensaje amenazante” que, a su juicio, ha lanzado el PP “a todo el que no favorezca sus intereses y no se pliegue a sus deseos”.
Blanco se preguntó qué pasaría si el PP gobernara y acusó a ese partido de creer que “sólo ellos son España y los demás somos unos insensatos e indecentes”.
En la misma línea, el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, aseguró durante una comparecencia en el Senado que se le habían puesto “los pelos como escarpias” al oír a Rajoy hablar del boicot a Prisa.
Como Blanco, Bermejo se preguntó que haría el PP desde el Gobierno si ésa es su decisión estando en la oposición; “miedo me dan”, afirmó.
La inmensa mayoría de los representantes del PP preguntados por esta cuestión respaldaron la decisión del partido hasta que Polanco rectifique, aunque el presidente de los populares gallegos, Alberto Núñez Feijóo, apuntó que no es un “mandato, sino una reflexión”, y consideró que los militantes del PP son “inteligentes” para saber si tienen que acudir o no a una convocatoria de Prisa.
Núñez Feijoo estimó que el tema quedará “perfectamente olvidado” si Polanco retira sus palabras, la misma opinión que defendió la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien señaló que, como es “muy comprensiva” y “meto -dijo- mucho la pata, entiendo que lo que hay que hacer es pedir disculpas y arreglarlo todo”.
El boicot comenzó hoy a hacerse realidad en Málaga, cuyo alcalde, Francisco de la Torre (PP), no acudió a un programa de la SER en el que todos los meses responde a los oyentes y justificó su ausencia en la medida tomada “con acierto” por la dirección de su partido.
Sin embargo también hubo alguna disensión y el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Ayamonte (Huelva) y candidato a la alcaldía, Emilio Lechuga, señaló que mantendrá sus relaciones con la Cadena Ser porque “no las podemos tirar por la borda por un pataleo”.
Por su parte, el portavoz del grupo popular europeo, Jaime Mayor Oreja, consideró que la decisión del PP es una reacción de “legítima defensa”.
Sin embargo, los principales sindicatos consideraron que la medida de los populares recorta la libertad de expresión.
El secretario general de UGT, Cándido Méndez, calificó la decisión de “muy errónea” “peligrosa” y “descabellada” y la Federación de Comunicación y Transporte y la Agrupación de Periodistas de CCOO opinaron que se trata de “una agresión sin precedentes en la historia de la democracia”.
En opinión del secretario de Organización del PSOE, la actitud del PP no tiene “nada que ver” con la decisión de los socialistas de no acudir a Telemadrid, un medio público “que tiene el deber y la obligación de garantizar la pluralidad y de ser imparcial”.
Blanco señaló que el PSOE participará en los debates de la televisión autonómica madrileña en la campaña electoral, con la garantía de que estarán vigilados por la Junta Electoral.