España desvincula el atentado de Yemen de la nacionalidad de los turistas

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, desvinculó el atentado de Yemen del hecho de que los siete turistas muertos tuvieran nacionalidad española y apuntó como posibles autores a terroristas ligados a Al Qaeda, según la información facilitada por las autoridades yemeníes.

Moratinos informó este martes, en declaraciones a los periodistas en el Congreso de los Diputados, de las primeras investigaciones sobre el ataque suicida, a la espera de conocer más datos una vez que se repatríen los cadáveres de los fallecidos y los seis heridos, que llegarán de madrugada a Madrid procedentes de Saná, la capital de Yemen. El ministro descartó que el ataque terrorista guardara relación con el que causó la muerte a seis militares españoles en el Líbano el pasado 24 de junio, puesto que su objetivo era “desprestigiar” el sector turístico de Yemen, de acuerdo con la versión que le trasladó el Gobierno de este país.

Dos aviones de la Fuerza Aérea Española, con el ministro de Industria, Comercio y Turismo, Joan Clos, y el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, a bordo, llegaron por la tarde a Saná para regresar en las próximas horas con los féretros y los heridos, quienes se encuentran fuera de peligro. La que peor estado presenta es María Asunción Vitorica Arbaiza, que tuvo que ser intervenida de urgencia horas después del ataque y cuya repatriación dependerá de lo que decidan los médicos.

Los cadáveres serán analizados en el Instituto Anatómico Forense para tener “todas las garantías” sobre su identidad, según informó Moratinos. Además del equipo médico, tres miembros de la policía científica se desplazaron a Saná con la delegación oficial para investigar sobre el terreno las causas del atentado en paralelo a las indagaciones de la policía yemení.

El atentado se produjo cuando el convoy de los turistas, formado por cuatro vehículos, salía de visitar el templo de la Reina de Saba y fue embestido por un coche conducido por terroristas suicidas, en la provincia de Mareb, a 170 kilómetros al este de la capital yemení.

Recacciones de condena

El dolor provocado por la tragedia dio lugar a numerosas reacciones de condena en toda España.

El debate sobre el estado de la Nación en el Congreso de los Diputados comenzó con un minuto de silencio en memoria de los fallecidos y una mención del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al comienzo de su discurso. El líder del PP, Mariano Rajoy, se sumó a la condena minutos antes de intervenir en la Cámara Baja y aseguró que el terrorismo hay que combatirlo con la Ley, el Estado de Derecho y el apoyo de los aliados.

El Rey decidió suspender su visita a Valencia para asistir a la séptima regata de la Copa del América de vela en señal de duelo, después de que el lunes condenara el atentado y manifestara su indignación y repulsa.

Viajes cancelados

Las instituciones del País Vasco y de Cataluña, de donde procedían seis de los turistas muertos -la séptima procedía de Burgos-, convocaron concentraciones en rechazo de la violencia y en solidaridad con las víctimas. La agencia organizadora del viaje a Yemen, Banoa, se unió a las muestras de dolor y transmitió el pésame a los familiares de los fallecidos, entre quienes estaba su compañero Mikel Essery, guía del grupo junto con los dos yemeníes también muertos.

A través de un comunicado Banoa aclaró que el convoy “cumplía todas las medidas de seguridad” impuestas por las autoridades locales y recordó que en quince años de experiencia en la zona nunca había sufrido ningún tipo de ataque. Ante la incertidumbre suscitada por el atentado, las agencias de viaje anunciaron su decisión de cancelar las próximas salidas que tenían previstas con destino a Yemen hasta que se esclarezca lo ocurrido.

“Guerra sin cuartel”

Las autoridades yemeníes intensificaron este martes la búsqueda de los autores del atentado. Fuentes yemeníes en la provincia de Mareb, donde se produjo el ataque, indicaron que continúa la investigación en el escenario del atentado, mientras esperan la llegada de un equipo de especialistas de la Policía española que cooperarán en la investigación.

El ministro español de Industria, Turismo y Comercio, Joan Clos, subrayó también que los españoles “no eran un objetivo específico” del terrorista suicida, cuyo vehículo cargado de explosivos se empotró contra el convoy en el que viajaban los turistas españoles. Clos llegó a Yemen junto con el secretario de Estado para Asuntos Exteriores, Bernardino León, y el equipo que se encargará de repatriar a los heridos y los cuerpos de los españoles muertos en el atentado.

En una rueda de prensa improvisada en Saná, Clos indicó que, según los datos de que disponen las autoridades españolas y que han sido comunicados por el Gobierno de Yemen, “el causante del atentado ha sido un miembro de una fracción de (la red terrorista) Al Qaeda”. Clos dijo que el atentado no afectará a las relaciones entre España y Yemen, países a los que calificó de “amigos”.

“Me han asegurado las autoridades de este país que no se ha tratado de un objetivo específico el grupo de turistas españoles, sino que el atentado se ha realizado para dañar la imagen de Yemen en el exterior”, aseguró Clos. En opinión del ministro de Industria español, el Gobierno de Yemen tiene una idea bastante clara sobre el origen del atentado, que atribuyó a una facción de Al Qaeda, y en las próximas horas se anunciarán más detalles sobre la autoría del mismo.

Por su parte, el presidente yemení, Alí Abdalá Saleh, reveló que los organismos de seguridad de su país sabían que Al Qaeda preparaba un atentado en Yemen, pero “no sabían dónde” y no pensaban que el objetivo iban a ser los turistas. Saleh también indicó que el autor físico del ataque en Mareb “probablemente no era yemení, sino de (otro) país árabe”.

Saleh, prometió una recompensa de 15 millones de riales yemeníes (unos 80.0000 dólares) a quien facilite información que ayude a la detención de los terroristas, tras el atentado suicida en Mareb. En una rueda de prensa en Saná, Saleh se comprometió a lanzar una “guerra sin cuartel contra los terroristas”, y afirmó que “no eraá yemení” el autor físico del atentado suicida

Una herida continuará hospitalizada

De los heridos en el atentado, quien peor se encuentra es María Asunción Vitorica Arbaiza, oriunda de la provincia de Alava. Vitorica fue intervenida anoche de un edema cerebral causado por la metralla procedente de la explosión del coche-bomba.

Después de comprobar de que la herida había recibido una atención correcta en el Hospital Al Zaura de Saná, los médicos españoles que este martes viajaron junto al ministro Clos a Yemen estimaron que Vitorica debía permanecer de momento en el país árabe. Está previsto que esta mujer sea intervenida de nuevo debido a la gravedad de sus heridas, según explicó el ministro de Industria, Comercio y Turismo español.

Mientras, en el lugar del atentado, los investigadores buscan entre los restos de los vehículos cualquier pista que pueda ofrecer una luz sobre los autores del ataque. A unos 200 metros de Mahram Balquis, “se puede ver aún restos humanos muy pequeños y mechones de cabello que la Policía yemení no ha conseguido recoger”, dijeron fuentes policiales.

Miembros de la Policía de Investigación Criminal yemení trabajan en un área de unos 700 metros cuadrados, incluida una carretera de asfalto cercana al lugar donde ocurrió el ataque, el primero de este tipo contra turistas occidentales en Yemen.

Testigos

Varios testigos coincidieron en que el suicida que cometió el atentado se había acercado en varias ocasiones a la zona donde está el histórico templo y había preguntado a algunos viandantes si los visitantes del lugar turístico eran occidentales.

Estaban los españoles todavía en el interior del templo, cuando llegó la última vez en un vehículo Toyota Land Cruiser, unos 15 minutos antes de perpetrar el ataque. Entonces, añadieron, “se marchó y regresó cuando los turistas salían de la zona del templo”, para después empotrarse al volante del vehículo cargado de explosivos contra los primeros dos coches del convoy en el que se trasladaban los españoles.

Según la Policía, esos dos primeros vehículos quedaron totalmente destruidos, y sus restos y los de varias de las víctimas saltaron por los aires hasta a 70 metros de distancia del lugar de la explosión. Los restos de cinco coches destrozados, algunos con manchas de sangre, siguen en el lugar del ataque, incluidos los del que fue utilizado por el suicida.