Gallardón pronostica que los madrileños se “llevarán una sorpresa” con Botella

MADRID, 29 (EUROPA PRESS)

El exalcalde de Madrid y Ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, se ha despedido de compañeros y ciudadanos con un artículo de opinión publicado en el diario ABC, y ha pronosticado que los madrileños se “llevarán una sorpresa” con la nueva primera edil, Ana Botella.

Aunque Gallardón ya tuvo ocasión de despedirse de su equipo más cercano en la Junta de Gobierno celebrada el pasado 22 de diciembre, tras presentar la renuncia al cargo, y también de decir adiós a algunos concejales en el Pleno de investidura de Botella, el exalcalde no ha realizado (como sí ha hecho Manuel Cobo este jueves) ningún acto oficial de despedida de sus colaboradores, subalternos, periodistas y ciudadanos.

Así, bajo el título de 'Lo que Madrid me ha enseñado', Gallardón agradece la “generosidad” de su partido, de los ciudadanos y de sus colaboradores, que hicieron posible sus 16 años de gestión en la Comunidad y en el Ayuntamiento de Madrid.

Además, también menciona a las “instituciones públicas y privadas” que le ayudaron por el camino, y expresa su deseo de que Botella “encuentre la misma colaboración en razón de las capacidades que durante estos años ha acreditado y las que va a demostrar”.

“Día a día he comprobado su aptitud para involucrarse a fondo en un proyecto común, así como la fuerte personalidad con la que desarrolla ese compromiso, desde una disposición siempre dialogante y abierta a escuchar”, asegura.

Así, indica que “en Ana Botella, los madrileños van a tener un alcaldesa ante todo cercana, trabajadora, eficaz y con una acusada y sincera sensibilidad social” y advierte a quienes la reciben con “un juicio precipitado” que “yerran” y que “se llevarán una sorpresa”.

“Van a descubrir una figura que ya se ha convertido, por derecho propio, en un sólido valor de nuestra vida ciudadana, política e institucional”, apostilla.

LOS CIUDADANOS, LOS PROTAGONISTAS

En cualquier caso, Gallardón asegura que los verdaderos protagonistas de los cambios que la capital ha experimentado en los últimos años no ha sido él, ni tampoco Botella, sino que ha sido “la sociedad madrileña que, en los tiempos de bonanza y en los de preocupación, ha llevado las riendas de su destino”.

Así, ha reconocido que lo que Madrid le ha enseñado es que “la pregunta sobre las grandes obras públicas no debería ser qué no se puede hacer” sino “qué se puede hacer”. En su caso, la principal tarea afrontada durante los 16 años que ha ocupado cargos de gestión ha sido “modernizar” la capital.

“Tengo la sensación de que Madrid ha conseguido por fin que se entienda su auténtica naturaleza, y el hecho de que se la cite como referencia de progreso ante otras metrópolis no es sino la confirmación definitiva de su condición de gran capital internacional”, escribe.

Un objetivo que no ha conseguido Gallardón solo, sino que ya iniciaron sus predecesores en el cargo, aunque a él le ha correspondido “hacer un énfasis especial en esta meta modernizadora y forzar un salto de escala derivado de las necesidades de la globalización”.

“Era urgente dar a Madrid hechuras de gran capital internacional. (...) Y había que hacerlo preservando en esa modernidad una dimensión humana”, ha defendido, insistiendo en una de sus ideas clave durante todo su mandato: que la capital debía basarse en una “mezcla de usos” en contraposición al “modelo anglosajón, donde la convivencia se fragmenta”.

En cualquier caso, el ministro asegura que nunca quiso “molestar a los amigos de la tradición, pero sí recordar que la auténtica raigambre de esta ciudad ha sido, históricamente su aperturismo, su capacidad para asimilar lo nuevo y marchar al compás de los tiempos, incluso adelantándose a ellos”.

Así, cita a Blanco White, quien decía que el casticismo, entendido como “conformismo”, es “decadencia” en contraposición con “la tradición asentada” y “el calor de las mejores costumbres”, que “en Madrid se elaboran mediante una creativa síntesis de lo ajena”.

“No cometeré la exageración de decir que siempre tuve una cierta idea de Madrid. (...) Más bien fui aprendiendo esa idea con el paso de los años, junto a mis conciudadanos. (...) Sí es verdad, sin embargo, que pese a no haber albergado nunca ideas preconcebidas, o quizá por eso mismo, he procurado ser fiel a aquellos principios que en este largo y fecundo aprendizaje he ido descubriendo en la que es la ciudad de mis padres y, aún más importante, de mis hijos”, añade por último.