Garzón acude al Supremo a declarar por los cursos de Nueva York

MADRID, 15 (EUROPA PRESS)

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón acudió este jueves al Tribunal Supremo para declarar como imputado en la causa que investiga si cometió los delitos de prevaricación y cohecho por los cobros que pudo percibir en la Universidad de Nueva York, y lo hizo esta vez sin apenas apoyos en la calle.

El magistrado, que recorrió andando los centenares de metros que separan su despacho de la Audiencia Nacional de la sede del alto tribunal, llegó al Supremo alrededor de las 10.15 horas, con semblante serio,*en compañía de sus escoltas y en medio de una gran expectación mediática, ya que alrededor de medio centenar de cámaras de televisión e informadores se apostaron a las puertas de la institución para cubrir su entrada.

Garzón acudió a declarar al Supremo el pasado 9 de septiembre en relación con la querella que se dirige contra él -a instancias del sindicato de funcionarios Manos Limpias y de Falange Española y de las JONS- por una presunta prevaricación cometida cuando abrió una causa en la Audiencia Nacional por las desapariciones durante el franquismo.

A diferencia de aquella ocasión, en la que se dieron cita a las puertas del tribunal partidarios y detractores del juez Garzón, cuando el juez llegó a la sede del Supremo los colectivos de defensa de la Memoria Histórica no acudieron a apoyar al instructor. Hoy, apenas media decena de curiosos se acercaron a comprobar el acceso del juez al alto tribunal y sólo una señora le apoyó con gritos de “inocente, inocente” en el momento en el que accedía al tribunal. Otro hombre portaba una pancarta en la que se podía leer: “España del revés. Corruptos y fascistas juzgan al juez”.

CURSOS DE NUEVA YORK

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 5, que comparece ante el Supremo por segunda vez en menos de un año, declarará ante el juez instructor Manuel Marchena como imputado en los presuntos delitos de prevaricación y cohecho en relación con los cobros que pudo percibir de la organización de unos cursos en la Universidad de Nueva York en 2005 y 2006, que fueron patrocinados por el Banco Santander.

La citación coincide además con la creciente movilización de sectores jurídicos, sociales e incluso artísticos en apoyo del magistrado tras conocerse a decisión del Supremo de sentarle en el banquillo por el asunto de las fosas. Al igual que en dicho caso, la Fiscalía tampoco acusa el juez de la Audiencia Nacional en el procedimiento por los cobros en Nueva York.

En la causa sobre los cursos de Nueva York, los letrados querellantes, José Luis Mazón y Antonio Panea, relacionan la supuesta percepción de 302.000 dólares por parte de Garzón por la organización de los cursos con la decisión de éste de no admitir a trámite posteriormente una querella formulada contra directivos del Banco Santander, entre ellos su presidente Emilio Botín, en el proceso penal por las “cesiones de crédito”.

Garzón será defendido hoy por Enrique Molina, que fue durante muchos años fiscal adscrito a su juzgado en la Audiencia Nacional, y que curiosamente también defiende a la esposa de Francisco Correa en el “caso Gürtel”. En las otras dos causas que tiene pendientes, por la investigación del franquismo y las escuchas a abogados de la citada trama corrupta, el magistrado es defendido por Gonzalo Martínez-Fresneda.

En todo caso, Garzón podría ser citado a declarar en el futuro una vez más si se rechaza el recurso de súplica que ha presentado contra la admisión a trámite de la tercera querella admitida contra él, esta vez por intervenir conversaciones de los cabecillas de la trama “Gürtel” con sus abogados en prisión.

OTRAS CITACIONES

El instructor del caso de los cobros ha citado además para el próximo día 21 a otras a tres personas cuya comparecencia en calidad de testigos había solicitado la acusación popular.

Se trata de María del Mar Bernabé, funcionaria de la Administración de Justicia que acompañó a Garzón como asistente durante su permanencia en Nueva York, donde disfrutaba de un permiso de estudios; Laura Turégano, responsable del Centro Juan Carlos I de la Universidad, que organizó los cursos; y el ex director del centro universitario James D. Fernández.

INFORMACIÓN A CONTRASTAR

Los querellantes habían solicitado las declaraciones de estos tres testigos, entre otros, por dudar de la veracidad de un documento aportado por la defensa que certifica que el magistrado ni solicito ni recibió financiación de la entidad para organizar las jornadas en la Universidad de Nueva York.

En un escrito al Supremo, los abogados Antonio Panea y José Luis Mazón señalaban que el contenido del citado certificado, que lleva la firma de James D. Fernández y de la actual directora del centro, Jo Labanyi, no se corresponde con la realidad porque contradice el de otros documentos que ya obran en la causa, aportados por el propio Banco Santander.

“La documentación aportada por el Banco Santander en las presentes diligencias pone de relieve que 100.000 dólares de los 302.000 de que se compusieron los dos patrocinios fueron desviados desde el Banco de Santander hacia la Universidad de Nueva York, evitando su ingreso en las cuentas del Centro Juan Carlos I de España” (que era el que organizaba directamente los cursos), según señalan las acusaciones.

COMIDA CON DIRECTIVOS

Aludían igualmente los querellantes a otro documento en el que el responsable del banco en EE.UU., Gonzalo de las Heras, da cuenta al presidente de la entidad de una comida con Garzón celebrada el 21 de abril de 2005 y le señala: “Nos habló de sus contactos con las autoridades antiterroristas americanas y de los programas que desde la cátedra King Juan Carlos I of Spain quiere organizar. (...) Hoy me envía la propuesta que te adjunto, y que me parece importante aunque ambiciosa”.

“Esta documentación aportada en las actuaciones pone inequívocamente de relieve que la información proporcionada por el certificado aportado por el querellado es falsa, ya que no es la Universidad o el Centro Rey Juan Carlos I quien pide, sino el querellado -valiéndose, claro está, de su cargo como reza al pie de firma (Garzón firmaba como magistrado-juez) y de la problemática condición por entonces del presidente del Santander, imputado en varios procesos penales ante la propia Audiencia Nacional (...)-”, añaden los querellantes.

Señalan también que otros documentos indican que los gastos de viaje se desembolsaron directamente a proveedores de servicios “con arreglo a las facturas presentadas por el juez”, y que el Centro Juan Carlos sufragó asimismo “la educación de la hija del juez, escolarizada en la Escuela Internacional de las Naciones Unidas durante el año escolar 2005-2006”.

La defensa de Garzón aportó al Tribunal Supremo un documento de la Universidad de Nueva York en el que se certifica que ni solicitó ni recibió financiación del Banco Santander para la organización de unos cursos en Nueva York en el periodo 2005-2006, circunstancia por la que es investigado en este órgano por los presuntos delitos de prevaricación Y cohecho.

Con este documento, el letrado de Garzón pretende contrarrestar las razones por las que el Tribunal Supremo admitió a trámite la querella por estos hechos, una de las cuales fue la de estimar como “hecho nuevo” que fuera personalmente Garzón quien solicitara a la entidad bancaria la entrega del dinero para sufragar los gastos que originarían unas actividades “en las que participaría directa y personalmente de forma relevante”.