El Ministerio de Sanidad aboga por prolongar en Semana Santa algunas de las restricciones vigentes, como mantener el cierre perimetral de las comunidades en marzo y abril o los límites a la movilidad, hasta conseguir el objetivo de rebajar la incidencia acumulada por debajo de los 50 casos.
Gobierno y comunidades llevan trabajando desde hace días en un documento de acciones comunes para evitar la cuarta ola que podría provocar la excesiva relajación de medidas con motivo de la Semana Santa y mañana continuarán haciéndolo en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.
El departamento que dirige Carolina Darias buscará que las autonomías se adhieran a su propuesta de mantener el cierre perimetral en marzo y abril, incluida la Semana Santa, según ha adelantado el consejero de Sanidad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Sanz.
La postura de los técnicos del Ministerio ya la comentó este lunes el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, quien subrayó que la reapertura de las fronteras autonómicas no se debe ni siquiera plantear si no se dan las condiciones.
“Soy epidemiólogo, me interesa controlar la epidemia, y obviamente mis visiones son diferentes de las que puedan tener, por ejemplo, los empresarios. Si las condiciones de transmisión no son las correctas para que se pueda tener un poco más de apertura, creo que no se debe ni plantear”, zanjó.
Porque algo similar ya sucedió hace poco más de dos meses con la Navidad. “No sé si la salvamos o no, pero creo que lo poco que se salvara, hemos visto en enero el impacto que tuvo”, manifestó Simón, quien volvió a alertar de que, con el nivel actual de ocupación hospitalaria y de UCI, el sistema podría no poder soportar un nuevo repunte.
Así, los técnicos de Sanidad se inclinan, añadió, no en “salvar fiestas, o Semana Santa o manifestaciones”, sino en “controlar la transmisión al máximo”.
En el Ministerio persiguen un objetivo claro, y es que la incidencia baje de los 50 casos por cada 100.000 habitantes y, con tal fin, están “centrados en preservar la salud y seguir salvando vidas”, según recalcó el pasado miércoles la titular de Sanidad, Carolina Darias.
Por lo que reiteró su llamada “a la prudencia, la responsabilidad y al sentido común. Estamos en el buen camino, pero no nos podemos confiar. Estamos en pleno proceso de vacunación, cogiendo ritmo y es importante que salga bien”, urgió.
Algunas comunidades ya se han pronunciado al respecto, como Castilla y León, cuyo presidente, Alfonso Fernández Mañueco, ha adelantado que su propósito es acometer el previsible proceso de desescalada de las próximas semanas “sin prisa” y “con prudencia” para “evitar recaídas” y ha demandado que se fijen unas medidas comunes y se articule una “respuesta única”.
También el jefe del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha pedido al presidente, Pedro Sánchez, que convoque a sus homólogos en las comunidades autónomas para tratar de consensuar una postura en todo el país sobre las restricciones y su posible flexibilización de cara a Semana Santa.
En Madrid, mientras, prefieren adoptar medidas “sensatas y equilibradas”, en función de la evolución de la pandemia, para proteger la salud de los ciudadanos y no poner en peligro la “maltrecha” economía, en palabras de su presidenta, Isabel Díaz Ayuso.