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Gustó Rajoy, ganó Zapatero

He asistido creo que a más de un centenar de debates entre un presidente del Gobierno y un líder de la oposición ?sólo tres en TV con el de anoche-, la inmensa mayoría en el Congreso ?algunos también en el Senado- y siempre se nos suele preguntar a los periodistas por el fondo y por la forma para evaluar a los contendientes.

En cuestión de estilo, yo le pondría a Rajoy un 7, pues fue un Mariano más desinhibido y suelto, con gotas de humor ?escasas para su fina ironía de antaño- y buen medidor de tiempos y ritmos. Zapatero tampoco anduvo manco: persuasivo, convincente, más natural, con principios...

También le puntuaría con un 7. Pero en cuestión de fondo, creo que ganó Zapatero y con él se lleva el debate: un tipo que buscó la paz con el terrorismo teniendo enfrente a una banda endiablada y a una oposición agresiva; un presidente que no criminaliza a los inmigrantes, que posee un cierto sentido del reparto social, de solidaridad hacia los desfavorecidos y de respeto a la pluralidad nacional.

Más allá de las cifras, los porcentajes y las estadísticas con los que ambos nos castigaron, Rajoy me gustó en las formas, pero naufragó en el fondo porque siendo un candidato moderado, educado y tolerante, el guión con el que se presenta a las elecciones ?o que al menos ayer nos transmitió- es el de una derechona clásica, montaraz, agreste, feroz en ocasiones y programáticamente grosera.

No es que Zapatero sea Abraham Lincoln ni Mijail Gorbachov, pero tiene clara una cierta noción de eso que en el siglo de oro se llamaba las Españas y parece honrado en sus ideas y decisiones. Pero los que creían que el televisivo era ZP se equivocaron: al español medio, cabreado, a veces faltón ?llamar mentiroso y agresor al presidente fue un exceso- un tanto cínico, clasista ?no supo lo que era un bonobus ni falta que le hace- y no demasiado amigo de lo extranjero ni de la cultura ?por decirlo en términos amables- se parece más a MR.

El 9-M comprobaremos cual es la verdadera identidad de España, país que a veces nos creemos más moderno de lo que realmente es. Para mí, ganó Zapatero el debate, pero incógnita distinta es saber si ?visto lo visto- puede ganar también las elecciones con la misma holgura.