Las autoridades locales agradecen el trabajo de los militares españoles, que se dejan “sangre y sudor” en su tarea
MOQUR (AFGANISTÁN), 25 (de la enviada especial de EUROPA PRESS, Laura Caldito)
El jefe del contingente español en Afganistán, el coronel Luis Cebrián, ha participado este sábado en la inauguración de un puente construido con financiación española en la localidad de Moqur, a solo unos metros del puesto avanzado de combate (COP) 'Fort Rickets', al norte de Qala-i-Naw, donde permanecen unos 200 militares que tratan de garantizar la seguridad en esta zona de Badghis.
En la ceremonia han estado las autoridades locales más importantes de la zona, que se han prodigado en elogios a los militares españoles y que han aprovechado también para pedirles que hagan un “esfuerzo” y “presionen” para que siga adelante la construcción de la 'Ring Road', la única carretera que pretende circunvalar todo Afganistán, pero que está encontrando dificultades para completar el tramo en Badghis.
Hasta Moqur se ha desplazado esta mañana desde Qala-i-Naw un convoy militar formado por 14 vehículos y 84 personas, entre quienes se encontraban miembros del equipo de Colaboración Cívico-Militar (CIMIC), que ha dirigido las obras del puente, y del equipo de operaciones psicológicas (PSYO) del Ejército. Con ellos también ha viajado el reducido grupo de periodistas que se encuentra 'empotrado' estos días con las tropas españolas.
“¿CÓMO VA LA GUERRA?”
Tras casi dos horas de camino para recorrer los 35 kilómetros de distancia entre Qala-i-Naw y Moqur, que sólo se han interrumpido para supervisar una zona en la que habitualmente se colocan artefactos improvisados (IEDs), la caravana ha llegado a Moqur sin incidencias, donde ha sido recibido por el jefe de 'Fort Rickets', el capitán Pablo Torres. “¿Cómo va la guerra?”, le ha preguntado el comandante Fernando Martell, jefe de la PSYO.
“Sin problema”, ha respondido el capitán Torres como si en las últimas 36 horas sus hombres no hubieran desactivado dos artefactos explosivos ni sufrido un hostigamiento de tres horas, además de un 'IED' trampa, mientras los recién llegados y el contingente de la COP se saludaban efusivamente.
Al convoy se ha unido poco después el jefe del contingente español, que manda a los alrededor de 1.500 militares que España mantiene en Afganistán. El coronel Cebrián se ha desplazado para participar en la inauguración del puente, que se ha construido en dos meses con una financiación de 24.000 euros. El proyecto era clave para los habitantes de la zona, ya que una fuerte riada se llevó el pasado invierno la antigua pasarela que unía dos poblaciones, impidiendo el paso de una a otra.
Ya en la 'Fort Rickets', el coronel Cebrián ha recibido a las autoridades locales que han participado en la inauguración. Entre ellos, estaban el gobernador del distrito de Moqur y los jefes de la Policía afgana, el Servicio de Inteligencia afgano y el Kandak del Ejército afgano de la zona. Todos han caminado después hasta el puente, junto al que esperaban los ancianos de la zona y un grupo de niños.
La ceremonia ha consistido en el descubrimiento de una placa y el corte de una cinta, en la que han participado todas las autoridades presentes. Después de que el coronel Cebrián hiciera entrega de unas tijeras al gobernador del distrito, el resto de líderes locales han querido participar, uno a uno, hasta que ya prácticamente no quedaba cinta para cortar.
Después, todos han cruzado el puente hasta la otra orilla y allí se ha procedido a los discursos, en los que las autoridades afganas han pedido que las tropas españolas sigan ayudándoles mientras permanezcan en el país y han agradecido su trabajo. “Los soldados españoles se han dejado sudor y sangre en estas tierras, estamos infinitamente agradecidos”, aseguraba uno de los responsables afganos.
“¡Y ESTA VEZ NO HAN SACRIFICADO UN CORDERO!”
La inauguración se ha prolongado durante casi una hora. “¡Y esta vez no han sacrificado un cordero!”, afirmaban algunos militares españoles, acostumbrados ya a lo ceremonioso de este tipo de actos con las autoridades afganas.
Mientras tanto, más de una docena de militares españoles no bajaban la alerta y permanecían vigilantes, con sus fusiles HK, para garantizar la seguridad de la comitiva. Además, todos los efectivos españoles permanecían con su arma preparada, tal y como establecen las normas de la OTAN cuando los militares salen de las bases.
El acto ha servido también para que la unidad de operaciones psicológicas hiciera una intervención en la zona, con cuatro de sus miembros que se han desplazado expresamente hasta Moqur. Así, mientras tenía lugar la inauguración, uno de sus vehículos blindados lanzaba por megafonía los mensajes que esta unidad quiere hacer llegar a la población local: que deben confiar en sus fuerzas de seguridad y apoyarlas.
Según ha explicado el cabo primero José María López de Rueda, miembro de la PSYO, también han aprovechado para hablar, con ayuda de los intérpretes, con algunos vecinos de Moqur y para entregarles ejemplares de la revista mensual que elaboran. La publicación recoge noticias locales y consejos médicos y sanitarios, aunque su objetivo fundamental es transmitir ese mensaje positivo sobre la Policía y el Ejército afganos.
Finalizada la ceremonia, la comitiva afgano-española ha vuelto a la base, donde los militares han ofrecido un 'vino español', aunque con zumos y agua y pastas locales, para celebrar la inauguración del puente, en una de las tiendas de campaña que constituyen 'Fort Rickets'.
Antes de irse, el responsable de la construcción, un joven afgano, ha pedido al capitán Torres que si se entera de nuevas obras, le avise. “Yo no doy trabajo, sólo puedo invitarte a té”, insistía el jefe de la base, que también ha aprovechado para pedirle que ayude a las tropas españoles y colabore, trasladando a sus conocidos que están aquí para garantizar la seguridad de la zona.